‘Con la puerta en las narices’. De esta manera acabó un instructor del Servicio Estatal para Situaciones de Emergencia de Ucrania cuando explicaba a unos cadetes cómo se debía lanzar una granada.
El profesor lanzó uno de estos artefactos en el interior de un búnker acondicionado y cerró una puerta de metal. Cuando la granada hizo explosión, la onda expansiva abrió de golpe la puerta golpeando al especialista con tanta fuerza que éste cayo al suelo.