Los Mechas o robots gigantes al más puro estilo Mazinger Z son muy del gusto del público japonés pero cada día tienen más adeptos en nuestro país. Se han hecho películas, series e incluso juegos como Armored Core, cuyo creador, Kenichiro Tsukuda se une a Shoji Kawamori, diseñador de Mechas en este divertido juego de disparos con el estudio Marvelous en un juego divertido y frenético con gran cantidad de opciones personalizables.
Comenzamos personalizando a nuestro o nuestra protagonista que es un mercenario al servicio de Orbital, una organización que es contratada por distintas empresas para realizar misiones en contra de los Immortals, una IA que ha tomado conciencia de sí misma y que pretende aniquilar a la humanidad a través de robots y otros Mechas gigantes. Todo esto encuadrado dentro de una tierra en donde la Luna se ha hecho pedazos y al caer sobre nuestro planeta, ha mermado su expectativa de habitabilidad.
A partir de aquí comenzaremos a hacer misiones junto a distintos mercenarios, cada uno con su personalidad y convicciones siendo bastante tópicos cada uno de ellos pero con gran carisma. Nos meteremos en un entramado de luchas y tensiones entre las distintas empresas que tendrán disputas entre ellas y nosotros estaremos en medio. Para cada misión tendremos a nuestro Mecha, un robot de aspecto humanoide con muchísimas opciones de personalización. Desde armas que se irán desbloqueando a medida que vayamos avanzando en el juego como las partes del propio cuerpo del Mecha, que podremos recoger de enemigos caídos y que podremos equiparlas en las siguientes misiones. Esto hace que del robot con el que empezamos al que llevaremos un poco más adelante, diste mucho, será totalmente diferente.
Cada pieza que que intercambiemos en el cuerpo del Mecha tendrá unas características y estadísticas que variarán defensa, ataque, resistencia, velocidad, etcétera. Cada pieza puede mejorarse en el hangar pero hará falta otra pieza concreta que deberemos recoger en misiones secundarias, estas misiones nos servirán para subir nivel y mejorar además de para esto y aunque son llamadas secundarias, realmente hará falta completarlas debido a que en algunos momentos la dificultad del juego es bastante alta.
Nuestra misión será ir recogiendo las piezas y armas que irle colocando al robot, así pues podremos engancharle tanto en brazos como en la parte de la espalda y nos servirán para tener más poder de ataque o más defensa en el caso de los escudos. También mejoraremos al propio personaje y podremos ir adquiriendo talentos en un árbol de habilidades que afectan también al mecha y a la estética de nuestro protagonista.
En cuanto a la jugabilidad, Daemon X Machina se compone de misiones en las que en un campo cerrado deberemos acatar los objetivos principales y secundarios en un tiempo rápido. Las misiones no llevan más de 15 minutos y consisten en eliminar a todas las amenazas, proteger ciertos objetivos, resistir a oleadas de enemigos de IA e incluso batallas con jefes finales.
Las batallas se dividen por rangos de la E a la A según el nivel de dificultad. Realmente al comienzo son fáciles y tan solo consisten en saber controlar al robot y hacer uso de todos los recursos de los que iremos disponiendo. Este control no es todo lo bueno que se esperaría ya que en el vuelo tendremos dificultades, el robot fija automáticamente a los enemigos y tan solo nos valdrá con disparar sin casi apuntar y por otra parte, el radar 2D nos dificultará en cierta manera el saber si están arriba o debajo de nosotros los distintos enemigos.
Al final el juego se acaba haciendo algo repetitivo por la poca variedad de misiones de las que consta y lo que nos hace querer terminarlo es la posibilidad de la personalización del Mecha tanto en sus partes de armadura y armas como antes comentamos, así como en pintura y pegatinas. La historia es algo lenta, sin embargo sus jefes finales si que nos darán vidilla ya que son divertidas las batallas, es uno de los puntos fuertes del juego.
Otro de los puntos a destacar es el multijugador en el que hasta 4 jugadores podremos realizar distintas misiones, cada uno con su propio Mecha personalizado pero que no influirán en la historia offline de cada uno. Este modo no hace más que adaptar las misiones que ya hemos jugado a esta multiplayer pero jugar con amigos o con desconocidos hará que desconectemos un poco de la monotonía de la historia en general.
Gráficamente el juego luce bastante bien donde destaca la estética cellshading junto con las luces y las sombras remarcadas. Las explosiones, el efecto de la humareda y el fosforito de las armas láser está muy bien realizado. Los personajes cumplen pero no están demasiado detallados en cuanto a expresividad, donde carecen de ella a la hora de las cinemáticas. Por otra parte hay variedad de escenarios, bonitos y bien realizados pero realmente vamos a terminar por cansarnos de ver los mismos una y otra vez. En cuanto a los Mechas, ahí es donde está el punto fuerte del juego con su mimo a la hora del modelado y la ingente cantidad de piezas de equipo diferente.
La banda sonora está equilibrada y luce bien en todo momento. Las voces pueden ser en inglés o japonés pero tendremos subtítulos en español con una traducción cuidada y realizada con cariño.
Daemon X Machina tiene algunos fallos por pulir y no va a ser el mejor juego de Mechas de la historia, pero nos deja unos conceptos y unas ideas que son claramente originales y la parte de la construcción del robot de manera totalmente personalizada puede que sea el punto decisivo si sois amantes de este género. Un buen juego de disparos y de robots que os hará pasar unas horas divertidas en vuestra Nintendo Switch