La 22º edición de la Mini-Transat, una de las pruebas náuticas más duras y apasionantes, contará finalmente con 90 participantes, de los que 8 son mujeres
La regata partirá de La Rochelle, al oeste de Francia, el próximo 22 de septiembre y hará una escala en Las Palmas de Gran Canaria hasta el 2 de noviembre, cuando saldrá rumbo a Le Marin, en El Caribe
La conocida regata oceánica en solitario Mini-Transat – La Boulangère, que contará con Las Palmas de Gran Canaria como única escala atlántica durante el próximo mes de octubre, ha batido este año su récord de participación. Finalmente son 90 los navegantes que partirán desde La Rochelle, en Francia, hacia la capital grancanaria el 22 de septiembre.
Se trata del mayor número de participantes desde la celebración de la primera edición de este evento náutico, que tiene lugar desde el año 1977. Los regatistas empezarán a llegar a Las Palmas de Gran Canaria en los últimos días de septiembre y permanecerán en la ciudad hasta el 2 de noviembre, fecha en la que partirán hacia Martinica, en El Caribe.
Entre los participantes de la prueba hay 8 mujeres y 82 hombres, de hasta 13 nacionalidades distintas. Entre ellos, se encuentran tres españoles: Pep Costa y Rafael Fortes y el canario Miguel Ángel Rondón. La Mini-Transat, que se organiza cada dos años, cuenta además con regatistas de edades y perfiles muy diversos. En esta edición, la prueba ha atraído a navegantes que tienen desde los 18 hasta los 64 años.
Los concejales de Turismo y de Ciudad de Mar del Ayuntamiento capitalino, Pedro Quevedo y José Eduardo Ramírez, han destacado la importancia de que Las Palmas de Gran Canaria acoja esta regata, como única escala en el océano Atlántico. Según Quevedo, la elección de la ciudad es “fruto del esfuerzo interinstitucional y de la colaboración que la ciudad ha ido estrechando con La Rochelle en los últimos años”.
El concejal destacó asimismo que “esta regata es todo un acontecimiento para el deporte de la vela en Europa, y debemos sentirnos orgullosos porque muchos destinos y miles de aficionados y profesionales están pendientes de nuestra ciudad”.
Por su parte, José Eduardo Ramírez aseguró que “este evento será rentable para todos, no solo por el impacto económico directo que tendrá la estancia de los miembros de la organización, los navegantes y sus familiares, sino también por la promoción que genera la regata y que nos confirma en el grupo de las principales ciudades náuticas del Atlántico”. El concejal también resaltó la importancia de este evento como “impulso a la economía azul de la capital”.
La Mini-Transat está considerada como una de las pruebas oceánicas más duras y apasionantes. Bajo el lema “Un hombre, un barco, un océano”, pone a prueba las destrezas de los navegantes, que se tendrán que enfrentar en solitario a las condiciones del océano, en veleros de tan solo 6,5 metros de eslora, y con la única ayuda de un GPS, cartas náuticas en papel y un VHF para recibir la información meteorológica.