400.000 personas padecen en España epilepsia. Cada año se detectan entre 12.400 y 22.000 nuevos casos. El retraso en el diagnóstico de esta patología pueda alcanzar los 10 años. 100.000 pacientes conviven con epilepsia farmacorresistente.
La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que en España padecen epilepsia unas 400.000 personas y que cada año se detectan entre 12.400 y 22.000 nuevos casos. En Europa, afecta a unos 6 millones de habitantes y se registran unos 400.000 nuevos casos cada año.
Un estudio publicado revela que las crisis epilépticas representan el 1-2% de las urgencias médicas (el 1% en adultos y el 2% en niños) y son la segunda causa de asistencia neurológica en emergencias, la segunda causa de consulta ambulatoria neurológica, y la tercera causa neurológica de hospitalización, no sólo debido a la presencia de crisis epilépticas sino por los accidentes derivados.
“La epilepsia es una de las causas de consulta más frecuentes en un servicio de Neurología y es además una de las enfermedades que más afectan a la calidad de vida del paciente”, señala el doctor Francisco Javier López, Coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología. “Hay que tener en cuenta de que se trata de una enfermedad grave, generalmente crónica, y que suele estar asociada a estigmas, comorbilidades y a un coste económico elevado”, añade.
A tenor de los datos de la SEN, el 50% de los pacientes viven estigmatizados, su expectativa de vida está reducida entre 2 y 10 años, y su tasa de mortalidad es 2-3 veces mayor que la de la población general. Además, el 60% de los pacientes asocian trastornos psiquiátricos, neurológicos o intelectuales, lo que hace que el número de pacientes con discapacidad por epilepsia en edad activa en España sea superior a las 26.000 personas.
En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la epilepsia es la segunda enfermedad neurológica en años de vida potencialmente perdidos o vividos con discapacidad.
Predisposición genética
“La epilepsia puede tener muchas causas, aunque la predisposición genética o padecer algún tipo de anomalía o lesión cerebral, suele ser las causas más habituales. Y, aunque afecta a todos los grupos de edad, su incidencia es mayor en niños, adolescentes y ancianos”, destaca este especialista.
“Por otra parte, hay que tener en cuenta que no todas las crisis epilépticas se manifiestan en forma de convulsiones –éstas solo representan el 20-30% del total-. Presentar ausencias, falta de respuesta a estímulos o realizar movimientos automáticos repetidamente, entre otros, también puede ser debido a que el paciente esté sufriendo una crisis epiléptica”, agrega.
Esta heterogeneidad en los síntomas de la enfermedad hace que hasta el 25% de las crisis puedan pasar inadvertidas por pacientes y familiares y que el retraso en el diagnóstico de esta patología pueda alcanzar los 10 años. Además, en el 20% de los pacientes con crisis no controladas existen errores diagnósticos.
Diagnóstico precoz
“Un diagnóstico precoz y un manejo terapéutico adecuado tienen como resultado un mejor control de la epilepsia, mayor calidad de vida, reducción del coste económico asociado y un mejor pronóstico a largo plazo. Por lo tanto, se deben dedicar esfuerzos para que tanto la sociedad en general como el personal sanitario mejoren sus conocimientos sobre esta enfermedad, así como para facilitar información veraz sobre la epilepsia que evite conductas de rechazo por desconocimiento”, explica Francisco Javier López.
El pronóstico de los pacientes al inicio de su epilepsia puede categorizarse en tres grupos: remisión sin tratamiento, remisión con tratamiento o presentar crisis epilépticas persistentes a pesar del tratamiento. Y es que, mientras que la enfermedad remite de forma espontánea en un 4% de los pacientes adultos al año –en niños esta cifra es aún mayor- y más de un 70% de los pacientes consiguen controlar su enfermedad gracias al tratamiento farmacológico existente, aproximadamente el 25% de los pacientes son farmacorresistentes, es decir, no consiguen controlar sus crisis epilépticas después de haber utilizado al menos dos tratamientos apropiados y adecuados en monoterapia o politerapia.
En España, actualmente, existen unos 100.000 pacientes con epilepsia farmacorresistente, que ven aumentado el riesgo de muerte prematura, traumatismos, alteraciones psicosociales y una mayor comorbilidad y, por lo tanto, una menor calidad de vida.
Tratamiento quirúrgico
En los últimos 25 años, se ha producido un importante aumento de las opciones terapéuticas para tratar la epilepsia lo que hace que, actualmente, aproximadamente un 50% de los pacientes puedan controlar sus crisis con un solo medicamento y alrededor de un 25% lo consigan tras realizar algún cambio en el tratamiento o combinar varios. Pero a pesar de que en los últimos 20 años se han comercializado 17 nuevos fármacos específicos para la epilepsia, estos no han conseguido modificar el porcentaje de pacientes farmacorresistentes existentes.
“En estos casos, alrededor del 5% de los pacientes podría beneficiarse del tratamiento quirúrgico. Actualmente en España se realizan unas 300 intervenciones quirúrgicas a pacientes farmacorresistentes y entre el 55-85% de los pacientes consiguen buenos resultados”, señala el doctor López. “En caso contrario se recurrirá a procedimientos de cirugía paliativa o sistemas de neuroestimulación. Otras alternativas, como la dieta cetógena, también pueden considerarse en pacientes seleccionados”, concluye.