Francisco Ramos Camejo ha pregonado este sábado las Fiestas Patronales en honor a San Nicolás de Tolentino 2019, en una plaza de La Alameda, repleta de vecinos y vecinas que no quisieron perderse la intervención de este aldeano. El alcalde, Tomás Pérez, lo presentó con una breve reseña sobre su extensa trayectoria profesional y tras su intervención, le entregó la insignia de oro y brillantes del municipio.
Ramos Camejo se mostró tremendamente honrado de la invitación realizada por el alcalde, Tomás Pérez, hace unos meses. Aunque lleva “50 años” viviendo fuera del municipio, su discurso estuvo plagado de recuerdos de su infancia y juventud en el municipio, que provocaron más de una sonrisa en los asistentes y momentos de profunda emoción en el pregonero.
Anécdotas familiares, con amigos, en la escuela o en el Colegio Libre Adoptado, que calificó de “auténtico milagro”, y “una experiencia única en el Estado español”, del que salieron muchos aldeanos y aldeanas con la preparación suficiente para afrontar nuevos retos educativos y laborales.
Tomando como referencia esta experiencia, deseó “recuperar el milagro del Colegio Libre Adoptado”, y que La Aldea de San Nicolás sea capaz de “dibujar su futuro y trabajar para estar preparada para él».
Un futuro marcado, sin duda, por la apertura del primer tramo ya conseguido y la futura construcción del segundo. El pregonero aventuró que “seguro que la ejecución de la obra va a generar problemas, por lo que hay que estar preparados para eso”.
Quiso también hacer una segunda reflexión, “con mucho respeto a los que toman decisiones. No solo a las instituciones sino también a las organizaciones económicas y sociales, educativas, culturales…. Hace unos días comentaba con un amigo la trascendencia y el cambio que supuso para todos nosotros la existencia del Colegio.Qué habría sido de muchos de nosotros si no hubiera existido aquel centro de enseñanza secundaria en la perdida Aldea de los años 50. Creo que estamos ante una segunda etapa de la historia de nuestro pueblo y de nuestra gente. La apertura del primer tramo nos dio un aviso. Con la apertura del segundo no solo estaremos cerca de todo, también los demás estarán mucho más cerca de nosotros”, señaló.
Por ello, insistió en la necesidad de “dibujar el futuro y prepararse”. Esto “no es sólo una decisión política, ni siquiera institucional. Es un compromiso en el que nadie puede quedarse al margen, ni sindicatos, ni empresarios, ni formadores, ni agentes culturales…nadie”.
Para Ramos Camejo, “si ese horizonte no lo diseñamos con responsabilidad y trabajamos con tiempo, otros lo harán por nosotros. Tenemos que hacer un análisis riguroso de lo que somos y tenemos, y acordar y pactar lo que queremos ser”.
Considera “evidente que sigue siendo necesaria una agricultura de exportación que mantenga una parte de nuestra economía y puestos de trabajo. Y habrá que pensar en industrias asociadas que ya no estarán lejos de medios y comunicaciones”.
Sobre el Turismo, el pregonero señaló que “si creemos que es una tarta en la que tenemos que participar, aprovechemos al máximo nuestra singularidad, lo que nos hace diferentes. Debemos mimar nuestro territorio como activo de ese turismo cultural que debe estar controlado por nosotros los aldeanos que deben ser los beneficiarios de ello siempre con el máximo respeto al medio que en eso ya estamos todos afortunadamente comprometidos…….”.
Invitó a todos sus paisanos a que “defendamos, creamos… y si puede ser con recursos económicos propios o participados, mejor. Y lo más importante, aprovechemos los talentos de nuestros jóvenes que hoy ya están preparados o los que haya que formar para protagonizar ese futuro ya inmediato, porque cuatro años se van en un vuelo”.
Finalizó deseando “de todo corazón que disfruten estas fiestas de 2019” y que “se cumplan los sueños”. Francisco Ramos Camejo reconoció que “ha sido un placer compartir con ustedes mis recuerdos y mis deseos. Aquí en la plaza o La Alameda cerca del quiosco… las ocho y media de la tarde. Casi… una conversación de amigos….”
Y recordando a Pepe Monagas, cuyas obras de teatro interpretó en su juventud, concluyó con una frase mítica de este autor canario, “Con el mejor deseo y la mejor voluntad, que las piedras les florezcan queridos aldeanos”.