Manuel Marrero, portavoz del grupo parlamentario, recuerda que “las trabajadoras y trabajadores tienen el sueldo congelado desde 2010”
El portavoz del Grupo Parlamentario Sí Podemos Canarias, Manuel Marrero, ha instado a la empresa Kalise a “dejar de lado la actitud más propia de pasadas épocas de tratar con menosprecio a las trabajadoras y trabajadores y se siente de inmediato a negociar con la plantilla en huelga desde el pasado 1 de agosto”.
“Hay una clara intención de la empresa de dilatar la negociación de unas trabajadoras y trabajadores que llevan nueve años con el sueldo congelado mientras Kalise se ha beneficiado de ayudas europeas, como el AIEM, y todo parece indicar que lo que se busca es usar la reforma laboral del PP para dejarlos sin convenio”, ha asegurado Marrero.
El portavoz parlamentario de Sí Podemos Canarias recuerda que la huelga comenzó el pasado 1 de agosto y ha sido secundada por el personal de las sedes de Fuerteventura, Tenerife y Gran Canaria, llegando a paralizar la producción de helados debido a la negativa por parte de la empresa a iniciar las negociaciones de un nuevo convenio colectivo.
Marrero insiste en que el convenio actual vence a final de año y la empresa mantiene los salarios congelados desde el 2010 y sufrieron un ERE en el año 2013 pese a haber obtenido más de 50 millones de ingresos.
“El Comité de Empresa de Kalise ha mostrado en todo momento su disponibilidad de reunirse, incluso fuera de los horarios de trabajo, pero la prepotencia del empresariado hace pensar que no quiere ninguna solución”, afirma Marrero.
Al respecto, afirma que “la plantilla de más de 400 trabajadores lo único que pide es un salario digno” y ha avanzado que desde el Grupo Parlamentario se dirigirá al Gobierno canario para conocer si el actual gabinete mantendrá la petición del gabinete que presidía Fernando Clavijo para que fuese renovado a Kalise el AIEM a través de la secretaria de Estado de Hacienda y la Dirección General de Fiscalidad y Aduanas (Taxud) de la Comisión Europea.
“Si el AIEM se aplica es porque existe una serie de argumentos sociales que no se están repercutiendo en los trabajadores y solo benefician a la empresa”, concluye Marrero.