Este miércoles se cumplen 50 años de la declaración del Parque Nacional de Doñana (Huelva y Sevilla), gracias a la cual se protegieron cerca de 35.000 hectáreas que constituyen el corazón de esa joya natural y que se han ampliado actualmente a algo más de 54.000 hectáreas, y lo hará con varias amenazas para su conservación, como el robo de agua o de tierras y nuevos proyectos de carreteras.
El Consejo de Ministros, presidido por Francisco Franco y reunido en A Coruña, aprobó crear este parque nacional el 14 de agosto de 1969, aunque no fue hasta el 16 de octubre de este mismo año cuando se materializó legalmente la iniciativa para delimitar las 35.000 hectáreas que forman el corazón de Doñana.
La singular belleza de Doñana, considerada como una de las últimas maravillas salvajes de Europa y el mayor refugio para las aves migratorias de todo el continente, atrajo la atención de un grupo de científicos y de amantes de la naturaleza. Liderados por José Antonio Valverde y con el apoyo de personalidades como Luc Hoffmann, trabajaron durante casi dos décadas para salvarla de los proyectos de desecación y de plantación de millones de eucaliptos.
WWF señaló este martes que Doñana tuvo un punto de inflexión en 1961, año en que nació esta organización conservacionista, ya que, consciente de la importancia vital de ese espacio para la conservación de las aves europeas, tomó la defensa de las marismas de ese lugar como uno de sus principales proyectos mundiales y movilizó sus contactos al más alto nivel para convencer a Franco de frenar la destrucción de la zona.
En coordinación con y Hoffmann, WWF lanzó una gran campaña pública en toda Europa y puso en marcha de uno de los primeros proyectos de micromecenazgo (‘crowfunding’) de la historia de la conservación de la naturaleza, lo que permitió, junto con los fondos aportados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), comprar 6.671 hectáreas de dunas, pinares y marismas en 1963 para crear la Estación Biológica de Doñana, y otras 3.214 de marismas salvajes en 1969 para frenar los proyectos de desecación por el norte. WWF España sigue siendo propietaria de esas tierras en el corazón de Doñana, que son gestionadas por el CSIC.
RETOS FUTUROS
Pese a las amenazas que rodean Doñana, la reciente decisión del Tribunal Supremo de enterrar el dragado del Guadalquivir y el cierre de 77 pozos ilegales permiten vislumbrar un futuro más esperanzador para este sitio incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
WWF apuntó que el mayor reto actual para el futuro de Doñana es «terminar con el robo de agua y la ocupación ilegal de tierras». El crecimiento descontrolado del regadío y los pozos ilegales están secando uno de los humedales más importantes del mundo, poniendo en peligro su riqueza natural. Organismos como la Unesco, la UICN, el Parlamento Europeo o los Defensores del Pueblo español y andaluz han expresado su preocupación por el crítico estado del acuífero, añadió.
“Es un momento para celebrar que la maravilla que sigue siendo Doñana haya llegado hasta nuestros días y agradecer su esfuerzo a todos los que hacen posible su conservación cada día”, afirmó Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España, quien añadió: «También es necesario honrar a los pioneros que lucharon por su conservación, afrontando con decisión la nuevas amenazas y nuevos retos y exigir a las administraciones responsables que hagan cumplir las leyes para proteger Doñana de una vez por todas».
(SERVIMEDIA)