Un consorcio de 32 científicos asegura que el agua subterránea, una fuente vital para beber y regar en el África subsahariana, es resistente a la variabilidad y el cambio climático en esa región del planeta.
El estudio, dirigido por la University College de Londres y la Universidad de Cardiff (Reino Unido), y publicado en la revista ‘Nature’, muestra cómo la reposición del agua subterránea en el África subsahariana depende de las lluvias fuertes y las inundaciones, amplificadas por el calentamiento global.
El hallazgo es significativo porque una de cada tres personas actualmente no tiene acceso a agua segura en esa zona de la Tierra y se necesita una amplia expansión del riego para alimentar a poblaciones humanas en crecimiento.
El agua subterránea desempeña un papel central en el mantenimiento de los suministros hídricos y los medios de subsistencia en el África subsahariana debido a su amplia disponibilidad, generalmente de alta calidad y su capacidad intrínseca para amortiguar los episodios de sequía y aumentar la variabilidad climática.
Richard Taylor, de la University College de Londres y codirector del estudio, indica que «el agua subterránea ofrece una vía potencial para mantener los aumentos del uso de agua dulce necesarios para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU 2 (hambre cero) y 6 (agua segura para todos)».
«Nuestro estudio revela, por primera vez, cómo el clima desempeña un papel dominante en el control del proceso mediante el cual se reabastecen las aguas subterráneas. Esta mejor comprensión es crucial para producir proyecciones de impacto del cambio climático y estrategias de adaptación fiables», añade.
Los investigadores recopilaron registros de varias décadas de niveles de agua subterránea y lluvia para examinar cómo la reposición de este recurso ha respondido a las variaciones climáticas y a la geología. Analizaron observaciones compiladas de nueve países del África subsahariana que representan una variedad de climas, desde hiperáridos hasta húmedos.
El estudio muestra que el agua subterránea se repone en las zonas húmedas principalmente por la lluvia que se infiltra en la superficie de la tierra, mientras que en los lugares seces se produce principalmente por fugas de arroyos y estanques temporales. La geología local también desempeña un papel en la determinación de la sensibilidad de las tasas de reposición a los cambios climáticos.
«Las evaluaciones previas en el ámbito regional de los recursos de aguas subterráneas utilizando modelos a gran escala han ignorado la contribución de las corrientes y estanques con fugas a los suministros de agua subterránea, subestimando su renovabilidad en las tierras áridas y resistencia al cambio climático», apunta Mark Cuthbert, de la Universidad de Cardiff.