Hoy se celebra el Día Mundial de los Pueblos Indígenas. Se calcula que alrededor de 400 millones de personas en el mundo pertenecen a algún pueblo indígena, lo que representa el 5,33% de la población mundial, aunque los indígenas suponen el 15% de los pobres que hay en el planeta.
Con motivo de esta jornada mundial, varias ONG denuncian la discriminación que sufren estas comunidades y su especial vulnerabilidad ante la degradación medioambiental. La ONU calcula que existen unos 5.000 grupos indígenas repartidos en 70 países.
Para Waldo Fernández, del departamento de Estudios de Manos Unidas, “ser indígena es, con frecuencia, sinónimo de explotación, discriminación, pobreza y violencia”. Ello se debe a que «la mayoría de los indígenas fueron en algún momento colonizados, lo que acarreó con frecuencia algún tipo de esclavitud», explicó.
A día de hoy, “los indígenas siguen sufriendo una fuerte discriminación que implica grandes repercusiones sociales, laborales, económicas y políticas en su día a día. Además, suelen estar excluidos de la toma de decisiones y de las instancias políticas, tienen un acceso limitado a la justicia y sus derechos son impunemente violados”, aseguró.
MEDIO AMBIENTE
«Las prácticas agropecuarias y forestales de los pueblos indígenas protegen una parte importante de la diversidad biológica mundial», apuntó Fernández. “En sus territorios conservan casi el 80 por ciento de la biodiversidad del planeta, aunque son propietarios sólo del 11 por ciento de esas tierras».
Por ello, aconsejó «volver los ojos hacia estos pueblos, en una época en la que el mundo se deteriora a pasos agigantados y parece haber despertado la conciencia ecológica y la necesidad del cuidado del planeta».
Para ellos, «la tierra no solo es un bien económico, sino que constituye el espacio físico y psicosocial donde vivieron sus ancestros, donde se establecen sus relaciones y su organización social y donde interactúan para sostener su identidad y sus valores”.
LAS MUJERES, LAS MÁS DISCRIMINADAS
Este trabajo de cuidado de la tierra recae fundamentalmente en las mujeres, que son quienes «mejor conocen y custodian las tradiciones y los recursos naturales de sus comunidades, sobre todo las semillas», apuntó María José Hernando, del departamento de Estudios de Manos Unidas.
Como en otros grupos y sociedades, las indígenas son las que producen los alimentos para ellas y sus familias. “Por eso, cuando el alimento escasea, ellas tienen la responsabilidad de ir a buscarlo, con los peligros que eso entraña en entornos poco seguros, violentos y desconocidos”, agregó.
«En los lugares en los que las poblaciones indígenas tienen que emigrar, son las mujeres las más expuestas a los riesgos, a la violencia y a la explotación”, concluyó Hernando.