¿No sorprende que cada vez seamos conscientes en nuestros círculos cercanos de personas con intolerancia o alergias a algunos alimentos? La realidad no es que en la actualidad se hayan agravado estas situaciones, sino que existe un mayor conocimiento sobre los efectos de ciertos alimentos sobre el organismo, si bien también tienen algo que ver las condiciones ambientales.
Ante esta situación, la trazabilidad de los alimentos es cada vez más importante y es algo que está regulado por ley. En el año 2013 se produjo una crisis por la presencia de carne de caballo presente en los productos cárnicos etiquetados como carne de origen bovino que afectó a Ikea y a otras marcas comerciales, como Nestlé y Buitoni.
La trazabilidad de los alimentos es un proceso controlado que tiene como objetivo, entre otros, evitar que se produzcan fraudes alimentarios y ocurran irregularidades.
¿Qué es la trazabilidad de los alimentos?
La trazabilidad alimentaria es la capacidad de encontrar y seguir el rastro de un alimento, un pienso o un animal destinado a la producción de alimentos o la producción de sustancias destinadas a la incorporación de alimentos o piensos o con probabilidad de serlo.
Con un buen sistema de trazabilidad, los técnicos en seguridad alimentaria pueden descifrar el origen del alimento y su producción y así conocer dónde se ha producido el problema de seguridad alimentaria.
A nivel europeo, la trazabilidad de los alimentos se rige por el Reglamento (CE) nº 178/2002 del Parlamento Europeo y el Consejo, en el que se establecen los principios generales de la legislación alimentaria.
¿Qué actores participan en la trazabilidad de los alimentos?
Según el reglamento europeo, la trazabilidad de los alimentos depende, en primera instancia, de todos aquellos actores que participan en la cadena de suministro: productores, transportistas, restaurantes, supermercados, tiendas… En todos estos lugares los alimentos han de poder ser correctamente identificados y su información ha de ser documentada: alimentos, piensos o animales destinados al consumo.
Esta información no solo va hacia atrás en la cadena de suministro, sino también hacia adelante. Si existe algún riesgo, esos alimentos, piensos o animales deben ser retirados de inmediato del mercado e informar a las autoridades competentes del riesgo y de las acciones tomadas.
La trazabilidad se lleva a cabo por medios de empresas especializadas, como Traza Laboratorios, que se dedican a garantizar ese proceso de control de alimentos, piensos y animales destinados a la industria alimentaria.
En otro nivel de responsabilidad, no solo el de las empresas dedicadas al sector de la alimentación participan también los estados miembros de la Unión Europea. Estos países están obligados a monitorizar la producción, el procesamiento y la distribución de la comida y de los piensos para asegurar esos niveles correctos de trazabilidad que marca la normativa europea.
A nivel comunitario, la trazabilidad está gestionada por el Rapid Alert System for Food and Feed (RASFF). En caso de riesgo, como en la situación anteriormente descrita, todos los actores deben comprobar si han cumplido con sus obligaciones.
La responsabilidad de la Unión Europea
Un tercer nivel de responsabilidad es el que ejerce la Unión Europea, el ente encargado de legislar sobre trazabilidad y llevar a cabo inspecciones para asegurar los estándares de seguridad de los alimentos.
En este nivel de responsabilidad juega un papel importante el Rapid Alert System for Food and Feed. Si es necesario, la Unión Europea puede también imponer restricciones a la importación y exportación de alimentos.
El etiquetado y la trazabilidad de los alimentos
La etiqueta de los alimentos es la herramienta más potente que disponen los consumidores para conocer la trazabilidad de los alimentos, pero no es la única. El código de barras, que se rige por estándares internacionales de calidad es uno de los datos que contiene esta etiqueta, pero no es el único.
Cuando un consumidor, un restaurante o un minorista, adquiere alimentos, la etiqueta debe incluir otros datos visibles como el origen o dónde se ha engordado y sacrificado el animal en el caso de la carne, los ingredientes, el centro de fabricación o distribución, entre otros.
Esto ocurre también con alimentos procedentes del mar, las verduras, las legumbres, los cereales y todo tipo de productos relacionados con la industria alimentar