La primera declaración institucional de la legislatura ha estado dedicada a la inscripción del ámbito como Patrimonio Mundial
La delegación de Gran Canaria encabezada por Antonio Morales fue recibida por la Mesa del Parlamento y su presidente, Gustavo Matos
El Parlamento de Canarias rindió homenaje a la declaración de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria como Patrimonio Mundial con un acto de recepción y la primera declaración institucional de la legislatura, cuya lectura concluyó con el ancestral sonido de las lapas o “castañetas” que hizo sonar el arqueólogo José de León, tal como hiciera en el plenario de la Unesco en Bakú tras la proclamación.
La delegación de Gran Canaria, formada por los directores del proyecto y el equipo técnico encabezados por el presidente del Cabildo, Antonio Morales, fue recibida por la Mesa de la Cámara y su presidente, Gustavo Matos, quien ofreció un primer acto de homenaje que contó con la asistencia de portavoces parlamentarios, diputados y alcaldes.
Gustavo Matos explicó que la junta de portavoces estuvo de acuerdo en que este importantísimo reconocimiento a la cultura canaria merecía protagonizar la primera declaración institucional de esta X Legislatura de Canarias.
El presidente del Cabildo agradeció una vez más la enorme implicación del equipo que ha hecho posible esta declaración en un tiempo record de 4 años, todo un trabajo “coral” comandado por Julio Cuenca, José de León y Cipriano Marín en el que ha intervenido un centenar de personas.
Esta declaración tiene una gran significación para entender la historia de Canarias y para integrar definitivamente todo el legado de los primeros isleños en un relato unitario no lo suficientemente conocido ni valorado, explicó.
El ámbito acoge una riqueza patrimonial de máximo interés en un contexto natural que sobrecoge por su valor paisajístico, desde necrópolis, a almogarenes, cuevas, calendarios, graneros y grabados excepcionales en rocas, laderas, cuencas…
Este acontecimiento, por el que el legado aborigen ha pasado a formar parte del prestigioso catálogo de la Unesco que cuenta la historia de la humanidad, ofrece “una gran oportunidad” para avanzar en tres direcciones.
Primeramente, enumeró Morales, conservar este rico patrimonio seguido del favorecimiento de un desarrollo sostenible que conserve su originalidad y a la vez permita atraer a la población para mantener viva la cumbre y, finalmente, la difusión del legado para “cuidarlo con esmero” al tiempo que permita aumentar la autoestima de la sociedad canaria.
Gustavo Matos apostó por extender simbólicamente el reconocimiento universal a todo el legado aborigen, al que se le ha “dado la espalda” cuando no “maltratado”, para que así cale la conciencia de cuidar la herencia prehispánica que, de hecho, forma parte de la mestiza cultura canaria.
Y que allí donde haya un yacimiento o cualquier persona encuentre un vestigio, subrayó, lo valore y ya no haya ni una generación más a la que se le escape el valor de las huellas que legó la primera población isleña.
Tras la firma en el libro de honor por parte del presidente del Cabildo grancanario, la delegación pasó al plenario del Parlamento, donde al inicio de la sesión Matos leyó la declaración institucional, que destaca que la proclamación que se produjo el 7 de julio en Azerbaiyán “ilumina la historia” canaria y “contiene un tesoro que enriquece a la humanidad”, como lo expresaron las delegaciones internacionales que tomaron la palabra para ensalzar sus valores.
Se trata de una proclamación que emociona y compromete, prosiguió. “Valoramos que esta riqueza se haya conservado por el cuidado y el respeto de muchas personas que han dedicado su vida a la agricultura, la artesanía y la ganadería, y también de la población del entorno, que comprendió desde siempre que heredaba un patrimonio que nos hace singulares y únicos en el mundo”.
El arqueólogo responsable del expediente, José de León, fue el encargado de cerrar el acto con el sonido de las lapas, un tañido que recorrió la Cámara regional transportando el “eco” de los antepasados de la población canaria y que fue agradecida con una unánime ovación.