En agosto del pasado año 2018 comenzaron las obras del nuevo edificio de aparcamiento anexo al Centro de Salud de Arguineguín. Lo que entonces constituyó una ilusión para el pueblo de Mogán, hoy lleva camino de convertirse en la ruina de varias pequeñas empresas grancanarias y, por consiguiente, la destrucción de empleo para decenas de trabajadores.
Unas y otros se preguntan estos días cual es el motivo de la desidia de quienes pueden poner remedio a esta perdida, y la razón por la que en lugar de contribuir a mantener los puestos de trabajo cuya creación esgrimieron con orgullo los responsables de entonces, miran hacia otro lado e ignoran la soluciones que se ponen encima de la mesa.
El Ayuntamiento de Mogán prefiere desviar la deuda de los créditos de estas empresas a un concurso de acreedores en Madrid, publicado ya en el BOE el 16 de julio de 2.019, que los convertirá en migajas a repartir – si algo queda- allende nuestra isla y en un futuro remoto, cuando el desastre se haya consumado.
El colapso de la empresa adjudicataria OPROLER Obras y Proyectos S.L.U. con sede en Madrid, comunicada el 26 de junio de 2019, tomó por sorpresa a propios y extraños. Las numerosas empresas locales, subcontratistas de aquella, ejecutaron con sus propios recursos entre abril y mayo de 2019 más de quinientos mil euros, cantidad que igualmente fue certificada en común por la empresa adjudicataria y los técnicos del Ayuntamiento.
Nadie duda de la realidad de lo ejecutado, todos coinciden en la viabilidad de retomar los trabajos de inmediato, incluso advierten del riesgo para los edificios colindantes por la interrupción en las soluciones provisionales de contención, sin embargo, el camino escogido por el Ayuntamiento es valerse de las poderosas espaldas de toda administración pública, esquivar la realidad y silbar para ahogar la desesperación de las empresas locales.
Frente a soluciones adoptadas en similar situación por otros, que aseguraron la continuidad de la obra y el cobro de sus facturas a los subcontratistas, como la sociedad municipal Sagulpa en el parquing de la calle San Bernardo, en Las Palmas de Gran Canaria, o el Ayuntamiento de Candelaria, Tenerife, donde se optó por la cesión del contrato a otra entidad llamada LANTANIA SLU, el Ayuntamiento de Mogán desoyó las propuestas presentadas por los afectados (entre otras, la cesión a dicha entidad).
Por el contrario, la junta de gobierno del municipio del sur de Gran Canaria adoptó el 2 de julio de 2019 la decisión de notificar la resolución del contrato, teniendo por única consideración con las empresas locales la lacónica mención a “vistos los escritos presentados los días 5 y 10 de junio de 2019 de empresas subcontratadas para la ejecución de la obra donde manifiestan el impago de distintas facturas pertenecientes a los meses de abril y mayo de 2019 ”, sin decir que las obras que soportan esas mismas facturas a su vez están incluidas en certificaciones al Ayuntamiento suscritas por su técnicos que no han sido pagadas.
Entre las escasas posibilidades de evitar el desastre para estos afectados, está la cesión de la obra, ya despreciada por el ente local. Otras soluciones pasan ya, mucho nos tememos, por consentimientos de administradores concursales a miles de kilómetros, ajenos a la necesidad de los trabajadores afectados.
El Ayuntamiento de Mogán debe elegir entre poner de su parte para con hechos y no con palabras, buscar soluciones locales a un problema local, o propiciar con su pasividad la no solución haciendo que el problema se globalice dentro de un lejano concurso de acreedores, pues más tarde o más temprano, reclamará para el agujero negro de su masa de acreedores hasta el último euro que debió llegar – y quizás aun pueda – a las famélicas empresas y trabajadores implicados.
La plataforma de empresas subcontratistas afectadas por el Edificio de Aparcamientos de Arguineguín ya ha anunciado movilizaciones ante las dependencias municipales de Mogán en los próximos días.