Se está convirtiendo en una práctica habitual por parte de Repsol utilizar sus gasolineras para intentar convencer a sus clientes que contraten sus servicios de luz y gas.
Debido al problema con el que se está encontrando Repsol a la hora de cumplir su plan de negocio basado en la extracción y refino de petroleo, trata de diversificar el riesgo y ofrecer productos adicionales a los usuarios finales, el problema estriba en la forma en la que tratan de hacerlo, la cual roza el acoso.
Aprovechan el momento en el que tienen «cautivo» al cliente que se acerca a repostar gasolina, y en la cola para pagar el combustible te asalta una persona con actitud bastante agresiva y te pregunta si tienes luz y gas en casa, es cuando le dices que no cuentas con tiempo para atenderla o que no te interesa cuando de malas formas te agradece tu colaboración.
Los directivos de Repsol, dedicados a la promoción y el marketing deberían replantearse sus estrategias de venta, y sobre todo, de captación y fidelización de sus clientes, ya que de esta forma pueden estar logrando lo contrario de lo que pretenden.