2Lewis Peschet
«Estaba aburrido todo el tiempo y quería hacer algo emocionante», explicó Lewis Peschet, de 21 años de edad, al tribunal de Aisne, Francia, ante el cual comparecía por el asesinato de Sonia Brunbrouck.
El 19 de abril de 2012, Lewis quedó con la joven de 17 años en las ruinas de la abadía de Saint Vincent, un convento abandonado cerca de Laon (Francia). La pareja se encontró en un bosque, donde el asesino la asestó unas sesenta puñaladas. Después descuartizó su cuerpo y lo escondió.
Al día siguiente, los hechos fueron denunciados por la exnovia de Peschet, Julie, después de que éste le confesara el asesinato la noche annterior.
El sospechoso fue detenido y colaboró con La Gendarmería en todo momento y les indicó dónde había escondido el cadaver.
El joven Peschet estaba obsesionado con la muerte. «Matar es creer» se podía leer en una pintada escrita en la pared de su habitación, donde los agentes encontraron partes de animales disecadas y conservadas en bolsitas de té debajo de su cama.
El 1 de octubre de 2014 fue declarado culpable por el asesinato de Sonia Brunbrouk y sentenciado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional hasta pasados 22 años. Recibió el veredicto con una sonrisa dibujada en la cara.
«Decía estar invadido por demonios morbosos que le impulsaban a cometer un crimen. Estaba realmente obsesionado con la muerte y eso le creó un carácter monstruoso, pero todavía hay un lugar para la humanidad en la vida de este niño«, dijo su abogado.