1Encarnación Guardia Moreno
El 1 de febrero de 1990, en el número 39 de la calle San Luis, del Albaicín de Granada, Encarnación Guardia Moreno perdía la vida en un extraño ritual satánico.
Los culpables de su muerte fueron identificados como: Mariano Vallejo, espiritista y apodado como ‘el pastelero’; sus primas: Enriqueta e Isabel Guardia Alonso; y su sobrina Josefa Fajardo.
‘El pastelero’ aseguraba tener poderes sanadores y ser todo un experto en realizar exorcismos, así se vendía a su cándida clientela. Encarnación, de 36 años en aquel entonces, contrató sus servicios convencida de que el incierto origen de sus dolencias era obra del maligno. Decía sentir «algo ajeno y extraño en su interior».
Durante el ‘tratamiento’, los detenidos le hicieron beber una poción mágica que incluía 250 gramos de sal diluida en agua, bicarbonato y aceite. La golpearon violentamente y su ano y vagina fueron desgarrados para expulsar al diablo con una barra de acero. La mujer murió como como consecuencia del elevado nivel de sal en su sangre.