Tres personas con discapacidad auditiva grave disfrutaron anoche de la música en el estreno de ‘Dionisio’, de Rafael Amargo, gracias a las ‘mochilas vibratorias’ que el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida puso a su disposición este año.
Carmen, Teresa y Paco estrenaron las ‘mochilas vibratorias’ que registran las frecuencias de sonido y las reproducen en forma de vibraciones. De esta manera, la persona que porta la mochila siente la música a través de la vibración. Este dispositivo está adaptado a todos los públicos y ofrece total autonomía y libertad de movimiento. No requiere una ubicación específica en las gradas, así que los usuarios que lo soliciten pueden comprar el tipo de entrada que más les interese.
De estos tres usuarios, las dos mujeres son sordas profundas, pero tienen prótesis auditivas, mientras que Paco es sordo total; no escucha absolutamente nada. Para él fue «una experiencia 100% positiva en todos los sentidos», ya que nunca había ido al teatro.
Paco se sorprendió al sentir el zapateo, las palmas, los instrumentos… y hasta bailó en la silla. El número de bailaora con los palillos le gustó mucho e incluso le preguntó a su hermana que si lo que tenía la mujer en las manos eran castañuelas, ya que quería identificar las vibraciones que estaba sintiendo con el instrumento.
Las otras dos usuarias también quedaron también muy contentas. Fue una experiencia nueva para ellas, otra manera de entender la música, ya que al tener prótesis pueden escucharla pero no de la misma manera que un oyente. Por tanto, la experiencia de las mochilas fue un plus.
La 65 edición del Festival de Mérida es plenamente accesible para las personas con discapacidad sensorial. Además de la ‘mochila vibratoria’, los servicios de apoyo a la comunicación que se ofrecen gratuitamente al público comprenden ‘bucle magnético’, subtitulado en directo y audiodescripción.