En los últimos siete años, 185 menores han fallecido ahogados en espacios acuáticos en España. De estos ahogamientos, un 77% ocurrieron en espacios sin vigilancia, según revela el ‘I Informe de ahogamiento de menores en espacios acuáticos’ de la Asociación Española de Técnicos en Salvamento Acuático y Socorrismo (Aetsas).
El informe destaca que Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana son las comunidades que registran un mayor número de decesos, con 45, 34 y 29 fallecimientos, respectivamente. Málaga y Alicante son las provincias donde ha habido un mayor número de ahogamientos de menores, con 13 casos en cada provincia, seguidas por Girona y Tarragona, con 12 decesos cada una.
Más de la mitad de estos ahogamientos -hasta un 56%- han tenido lugar en piscinas, un 60% de ellas privadas; un 14% en playas y el 28% restante en distintas localizaciones como puertos, ríos, embalses, etc. Hasta un 77% de los ahogamientos ocurrieron en espacios sin vigilancia.
Además, el informe subraya que 139 de los fallecidos eran niños y 46, niñas. El perfil habitual del menor fallecido es un niño, de entre dos y cinco años de edad, que se halla en una piscina sin vigilancia o bien hay un fallo en su supervisión, bien entrada la tarde. España cuenta con más de 1.100.000 piscinas, el segundo parque más importante de Europa, tras Francia.
17 MUERTOS EN 2019
Este año se han contabilizado 17 muertes de menores en espacios acuáticos en los primeros seis meses del año. Los decesos han tenido lugar en Cataluña (cinco fallecidos: tres en Tarragona y uno tanto en Lleida como Girona), tres en Andalucía (Granada, Málaga y Sevilla), dos en Asturias (Trasona), Galicia (ambos en Pontevedra) y Comunidad Valenciana (ambos en Valencia) y en Aragón, Cantabria y Extremadura (un fallecimiento en cada localidad). Los fallecidos han sido 12 niños y cinco niñas, con edades comprendidas entre los 2 y los 17 años.
Los menores murieron en distintas localizaciones (nueve de ellos en piscinas, dos en entornos marinos o playas sin vigilancia, dos en
embalses o pantanos, dos en ríos, uno en playa y uno en la bañera). Estos datos dejan entrever la importancia de vigilar a los menores para conseguir que estas cifran disminuyan, especialmente en un verano en el que han aumentado un 30% el número de menores fallecidos respecto al mismo período del año anterior, puntualiza este informe.