Médicos sin Fronteras (MSF) alertó este martes de que el descenso de las muertes por sida se ha estancado desde el año 2014. El año pasado, 770.000 personas murieron por causas relacionadas con el VIH/sida en todo el mundo, ya que mientras que hay dos millones de personas más que reciben un tratamiento antirretroviral, todavía queda mucho por hacer para frenar las infecciones mortales relacionadas con el VIH, como la tuberculosis.
En 2016, los Estados miembros de la ONU aprobaron la meta de reducir las muertes relacionadas con el sida en un 50% para 2020, es decir, a menos de 500.000 por año. Sin embargo, las muertes relacionadas con esta enfermedad se han reducido en solo 30.000 en 2018, cuando murieron 770.000, en comparación con 800.000 en 2017 y 840.000 en 2016, según el informe ‘Actualización mundial sobre sida 2019’ que Onusida ha presentado hoy en Eshowe (Sudáfrica).
«En los hospitales apoyados por MSF en la República Democrática del Congo, Guinea y Malaui, entre otros lugares, se producen muchas muertes dentro de las 48 horas posteriores al ingreso», explicó Gilles Van Cutsem, coordinador de grupo de trabajo de VIH/sida de MSF.
Los pacientes llegan muy enfermos, a menudo con «infecciones oportunistas graves como tuberculosis, meningitis criptocócica o sarcoma de Kaposi. Cuando llegan, a veces es demasiado tarde para salvarlos. Es posible que no se hayan diagnosticado a tiempo o que no hayan podido acceder a un tratamiento que le salve la vida», añadió el especialista en sida de MSF.
Las muertes se deben principalmente a un retraso en el diagnóstico, la interrupción del tratamiento y el fracaso virológico e inmunológico entre las personas que han recibido tratamiento para el VIH con anterioridad.
En los países donde trabaja MSF, a menudo faltan herramientas de diagnóstico como el recuento de linfocitos CD4, que se necesita para diagnosticar la enfermedad avanzada del VIH. “Muchos pacientes acuden primero a los centros de atención primaria cuando se sienten enfermos. Si estas clínicas no están equipadas y formadas para detectar el VIH avanzado, los pacientes en riesgo no serán detectados ni tratados; su estado se deteriorará hasta que tengan una enfermedad terminal. Luego, algunos serán remitidos a hospitales que a menudo no cuentan con las herramientas básicas para gestionar estos casos», señaló Gilles Van Cutsem.
«Cientos de miles de personas siguen muriendo por causas relacionadas con el sida cada año porque no tienen acceso a la atención básica para el VIH, ya sea porque viven en países abandonados, porque son parte de grupos de población olvidados o por políticas que los ignoran. Prevenir, detectar y tratar el VIH y el sida avanzados exige más atención y financiación, especialmente en entornos de baja cobertura como África occidental y central y en poblaciones desatendidas», concluyó Van Cutsem.