La Plataforma La Tortura No Es Cultura y Animal Guardians han hecho público un vídeo extremadamente duro en el que se pueden escuchar los estremecedores mugidos de dolor de unos becerros mientras son lidiados en Alalpardo (Madrid)
Según estas organizaciones, de todas las formas de lidia, las becerradas son sin duda las más crueles. Y esgrimen dos razones:
La primera, que en ellas se lidia animales menores de 2 años, para los que el sufrimiento físico y psíquico de las corridas de toros se ve incrementada por su mayor fragilidad, reducida capacidad de reacción y su desesperada necesidad de sentirse protegidos por su madre y su manada. Es por ello que, si bien el toro adulto apenas muge cuando es atacado con el fin de mostrar fortaleza, los desesperados mugidos de dolor y pánico de estos pequeños animales durante la lidia, intentado atraer la ayuda de los suyos, desgarran el corazón de cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad.
La segunda, porque en las becerradas normalmente lidian personas inexpertas, ya sean estudiantes de escuelas de tauromaquia, aficionados o público en general, que clavan los instrumentos de tortura en lugares indebidos, a menudo extrayéndolos y clavándolos una y otra vez tras intentos infructuosos, causando un tormento sin igual a estos pequeños animales.