El planeta enano Ceres, entre las órbitas de Marte y Júpiter, cuenta con fallas inversas, un fenómeno provocado por la contracción de las capas superiores, lo que implica cambios de volumen en el cuerpo astronómico, según lo ha demostrado una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Según informó este lunes la UCM, a lo largo de la historia del planeta enano Ceres han sido importantes los movimientos de contracción y no solo los de extensión, como se pensaba hasta ahora.
Ceres, de cerca de 1.000 kilómetros de diámetro, es un cuerpo híbrido de hielo y roca que alberga un océano interno de agua líquida. Como esta, al congelarse se expande, se había dado por hecho que el enfriamiento progresivo de Ceres había causado extensión de la superficie como proceso de deformación predominante en su historia.
Las fallas inversas se producen por contracción de las capas superiores de un planeta. El hallazgo de estas “implica que la contracción debida a la diferenciación de Ceres -separación del material por distintos tipos de composición- y al enfriamiento de las rocas han dominado los cambios de volumen de este planeta enano en algunas fases de su historia, aunque actualmente parece que la extensión es más importante”, explicó Javier Ruiz Pérez, primer autor del trabajo e investigador del departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología de la UCM.
La investigadora de la Universidad de Cádiz, Isabel Egea, añadió que “las fallas inversas que hemos localizado en la superficie de Ceres indican que este cuerpo es más complejo de lo esperado, ya que presenta rasgos intermedios entre satélite helado y planeta rocoso”.
Además de la universidad madrileña, en este estudio publicado en ‘Nature Astronomy’ también han participado el Instituto de Ciencias de la Tierra “Jaume Almera” (ICTJA-CSIC), la Universidad de Cádiz y el Centro Europeo de Astronomía Espacial.
SONDA DAWN
Para llevar a cabo el estudio, los científicos han analizado las imágenes de más detalle de la superficie de Ceres tomadas por la sonda Dawn de la NASA desde la órbita más cercana, para obtener la mayor resolución posible.
Las imágenes obtenidas se integraron en un sistema de información geográfica junto con un modelo digital del terreno. Así, los investigadores consiguieron identificar y caracterizar este tipo de estructuras asociadas a la compresión.
El geólogo Alberto Jiménez, del ICTJA-CSIC, explicó que “también hemos comparado la localización de todas las estructuras identificadas con la distribución, el número y el tamaño de los cráteres conservados en la superficie de Ceres. Estos nos ha permitido inferir que el origen de estas fallas fue un proceso que ha perdurado durante gran parte de la historia de Ceres”, añade Alberto Jiménez Díaz, del ICTJA-CSIC.
El siguiente paso, concluye el geólogo de la UCM, sería, además de investigar las características de las fallas para profundizar sobre la composición del planeta enano, “comparar nuestros hallazgos con las predicciones de los modelos teóricos sobre la evolución de la contracción/expansión de Ceres”.