El exresponsable de los servicios informáticos del PP Javier Barrero Merino aseguró este jueves durante su declaración como testigo en el juicio por la destrucción de los ordenadores de Luis Bárcenas que «al menos hasta 2013» no existía un protocolo de borrado seguro del contenido de los ordenadores de los empleados del PP. «Si existía, no me lo comunicaron», agregó. «Se le pegaba un formateo de una pasada y ya está» y «todo dependía del ordenador y de quien fuese».
Durante su declaración como testigo, Barrero afirmó que el contenido de los ordenadores de los empleados del PP, en ocasiones, permanecía «en cuarentena años», hasta que se procedía al borrado o se entregaba la información a sus propietarios.
No había un protocolo establecido, resaltó. «Algunos ordenadores no se formateaban porque no había nada, por ejemplo el de Mariano Rajoy se había quedado sin pilas porque no lo había encendido nunca», comentó. En esta línea, indicó que «aunque los hubiera pagado el PP (los ordenadores), eran herramientas de él», de modo que «yo no hubiera borrado los discos duros, salvo que me lo hubiera pedido el señor Bárcenas». Barrero trabajó en el PP durante 30 años, hasta que fue despedido en 2016. De ellos ejerció como responsable informático desde 1995 hasta la llegada de José Manuel Moreno.
Además, explicó que «todos los ordenadores del PP tienen contraseña». Aunque apuntó que es «posible» que uno de los portátiles del extesorero del PP, en concreto el Toshiba Libretto, no la tuviera porque «el sistema operativo no estaba en red».
Sin embargo, este mismo jueves la representante legal del PP en la causa, María Massó, aseguró que «toda la información» generada por el extesorero se encuentra alojada, aún en la actualidad, en los servidores del partido.
Asimismo, Barrero apuntó que el pendrive, al que pasaron información de uno de los ordenadores, tampoco tenía contraseña, pese a que, según la Fiscalía, la memoria USB aportada a la causa sí la tenía. «Lo desconozco, igual le pusieron una medida de seguridad, pero los pendrive no tenían contraseña», dijo.
Preguntado por el contenido de los ordenadores, el informático explicó que entre 2011 y 2012 Bárcenas le pidió que sacase la información del portátil Toshiba, ya que se trataba de un ordenador «muy obsoleto», así que «saqué todos los archivos en uno o varios disquetes, de ahí lo pasé a otro ordenador y de ahí a un pendrive». En concreto, aclaró, «hojas de cálculo, documentos Word, posiblemente algún vídeo de vacaciones…».
En este sentido, descartó que accediera al contenido de las hojas de cálculo; «no me pagaban por ello», comentó. «A mí me daba igual el contenido de las hojas, que hubiera una lista de la compra o sobre las campañas electorales», dijo, ya que, como explicó, él tan solo atendía las peticiones de Bárcenas en relación a cuestiones informáticas, al igual que hacia con el resto de responsables del PP, llegando incluso, subrayó, a ir a casa de varios de ellos para atender a estas peticiones. En esos años que estuvo en la sala Andalucía, «yo he visto a Bárcenas en tres o cuatro ocasiones». Él estaba en la planta sexta y la sala de Bárcenas en la tercera, recordó.
Por otra parte, aseguró que «siempre» para «sacar algo» de la sede de Génova «hay que pedir autorización expresa» a los servicios de seguridad, pese a que, como le indicó una de las acusaciones, en instrucción comentó que esto no se hacía con los ordenadores porque «sería una locura».