Como todos los veranos vuelve el turismo de excesos a la localidad malloquina de Magaluf donde miles de jóvenes, mayoritariamente extranjeros provinientes del Reino Unido o Alemania, aprovechan para beber sin límite, generando numerosos problemas de orden público.
Junto al balconing, una práctica que consiste en saltar desde los balcones a la piscina del hotel y que se ha cobrado la vida de numerosas personas, los jóvenes también aprovechan para orinar y consumir drogas en la vía pública o mantener sexo en la calle y a plena luz del día.
Una práctica, que se ha vuelto a registrar en las últimas horas, y que está sancionado con hasta 600 euros de multa, según informa el ‘Diario de Mallorca’ y ‘Antena 3’.