Los pinzones macho de Darwin, que son endémicos de las islas Galápagos (Ecuador), cantan melodías diferentes debido a una plaga introducida en el ambiente que afecta a sus picos y dificulta las probabilidades de apareamiento.
Así se recoge en un estudio realizado por cuatro expertos internacionales en ecología de aves pertenecientes a universidades de Australia y Estados Unidos, y publicado en la revista ‘Proceedings of the Royal Society B’.
Los científicos han descubierto que los picos de los pinzones de Darwin han cambiado para hacer frente a las infestaciones del parásito ‘Philornis downsi’, lo cual afecta a los cánticos de los machos como herramienta para aparearse con hembras porque ha dañado sus picos y fosas nasales (narinas).
«En nuestra investigación más reciente, mostramos que los machos del pinzón de Darwin cuyas narinas han sido deformadas por el parásito tenían una mayor desviación vocal, lo que a las hembras no les gustaba durante la elección de pareja, y tenían cantos con una frecuencia máxima más baja», explica Sonia Kleindorfer, de la Universidad de Flinders (Australia), quien añadió que esta circunstancia «confunde la identidad» de quien canta.
No obstante, los investigadores apuntan que el pinzón de Darwin modesto (‘Camarhynchus pauper’), que está en peligro de extinción, emite cantos indistinguibles de los de otras especies similares debido a su nuevo tamaño de la narina.
«Dado que el pinzón de Darwin chico y el pinzón de Darwin modesto se hibridan en la isla Floreana, sospechamos que esta función de señalización borrosa de la especie puede ser en parte culpable de la especiación inversa observada que está ocurriendo actualmente», subraya Katharina Peters, también de la Universidad de Flinders.
Esta investigadora sentencia que «la deformación morfológica inducida por parásitos puede alterar la señal de apareamiento del huésped con efectos devastadores en las poblaciones de aves». «Las larvas de ‘Philornis downsi’, un parásito introducido accidentalmente, se alimentan internamente de los picos de las aves de Galápagos y causan daños estructurales permanentes y el tamaño del naris agrandado», apostilla.
Los llamados pinzones de Darwin cautivaron al naturalista británico Charles Darwin durante su investigación en las Galápagos durante la década de 1830 y se convirtieron en el primer grupo de vertebrados en proporcionar evidencia convincente basada en el campo para la evolución de la selección natural. Años después de esas investigaciones, esas aves se conocen como pinzones de Darwin.
(SERVIMEDIA)