Lizardcube son los culpables de que uno de los juegos clásicos de los años 90 vuelvan a la actualidad dándole un gran lavado de cara tanto para jugadores nostálgicos como para cualquier otro que se acerque por primera vez a un Wonder Boy. Nadie diría que este The Dragon’s Trap es un juego que apareció allá por 1989 y que fue de los preferidos por los gamers de aquella época. Hoy lo tenemos para móvil en su versión más cuca y portátil.
Lo primero que nos da a elegir el juego es hacer la aventura con Boy o con Girl, simplemente cambia el personaje pero nada más. Nos vamos a Monsterland al castillo del Monstruo en donde nos espera un dragón, el Mekadragón, al cuál tenemos que darle caza. La primera fase funciona como un tutorial en el que nos enseñan a jugar, pero una vez demos caza al Mekadragón, comenzará la aventura de verdad ya que lo que no sabe nuestro personaje es que este enemigo lanza maldiciones y nosotros seremos el objetivo de una de ellas que nos convertirá en un pequeño dragón.
Posteriormente nos convertiremos en otras criaturas que no queremos desvelar para no destripar el juego pero cada una de ellas tiene una distinta jugabilidad, así pues el objetivo final es volver a convertirnos en humanos pero iremos tomando otras formas y con esto variables en la jugabilidad que hacen de este juego un producto que va cambiando y no cansa ni se hace repetitivo. Un juego de plataformas con exploración. Además de que hay distintos caminos por donde ir y solo uno es el correcto, así que si nos equivocamos al cambiar de pantalla deberemos volver al comienzo.
Además de la exploración y la plataforma Wonderboy: The Dragon’s Trap tiene un componente de rol. Al matar enemigos conseguiremos dinero para comprar en tiendas nuevas armas, armaduras y escudos, con el que mejorar al personaje. También usaremos magias y desvelaremos secretos ocultos en cada nivel con el que encontraremos nuevo equipamiento. La historia no puede llevar algo más de 5 horas completarla pero el juego tiene una alta rejugabilidad gracias al aliciente de desentrañar todos los secretos que esconde este maravilloso juego. Para los que quieren más reto, el juego añade tres niveles de dificultad pero se mantiene el nivel del original, que por cierto no era nada fácil.
En cuanto a la parte gráfica, Wonder Boy tiene unos dibujos estilo hechos a mano y los escenarios están genialmente ilustrados con detalles por todos los niveles así como los fondos. Pero en todo momento tendremos un botón disponible con el que poder cambiar a los gráficos del juego de 1989 en tiempo real. Realmente el cambio es muy notable de los gráficos pixelados a los gráficos nuevos y llenos de detalles. El juego sigue siendo el mismo exactamente pero hecho de nuevo con los nuevos gráficos. Podemos achacarle en su contra que en pantalla las teclas de los controles son demasiado grandes y a veces en el dispositivo no se ve bien lo que hay más adelante. Sin embargo si jugamos con un mando bluetooth para móviles, estos controles desaparecen y se ve la pantalla limpia. También podremos modificar estos botones para que sean más grandes o pequeños. Por si todo esto nos parece poco, Wonderboy nos da la opción de acceder a la galería de arte con fotos y vídeos del juego que se va desbloqueando poco a poco.
La banda sonora del juego también es muy buena y como los gráficos, se puede modificar con un solo botón para escuchar la original o la remasterizada actual. Sin duda esta es una de las grandes bazas del juego y merece prestarle toda la atención.
Wonder Boy: The Dragon’s Trap si no nos dijeran que es un juego de hace 30 años, diríamos que es uno de los indies de hace poco. Los gráficos son preciosos, el juego es muy bonito y la banda sonora es impresionante. Los amantes de las plataformas se lo pasarán pipa con este juego que está tal cual apareció hace tantos años y que se pueden ir variando tanto gráficos como música con un simple botón. Ahora está disponible para móviles a un precio muy competitivo y sin duda es uno de estos juegos que te dejan con un buen sabor de boca y no te defrauda si le das una oportunidad.