Stella, una perra de raza rottweiler de un año de edad, sobrevivió milagrosamente a un incendio que se ocasionó en casa de sus dueños cuando éstos no se encontraban en el domicilio.
El perro logró escapar de las llamas pero pagó un caro peaje: quemaduras de segundo y tercer grado en varias partes de su cuepo, numerosas heridas en la cabeza y hocico, problemas respiratorios derivados de la inhalación de humo y úlceras en ambos ojos. A pesar de ello, los veterinarios consiguieron salvarle la vida aplicando injertos de piel de pez.
Según informa ‘NewAtlas‘, la mascota llegó en estado grave al Centro Médico Veterinario de la Universidad del Estado de Michigan (Estados Unidos). El animal presentaba quemaduras en el 10% de su cuerpo.
“Tuvimos que ser creativos con sus quemaduras debido al trauma significativo en sus pulmones. Stella no era una buena candidata para la anestesia por los daños respiratorios”, explicó Brea Sandness, veterinaria en el centro estadounidense.
With the help of fish skin, @MSUVets healed this dog’s burn wounds and changed veterinary medicine. https://t.co/H5huDfG3Td #SpartansWill pic.twitter.com/w3znFcRkhO
— MSU (@michiganstateu) 23 de mayo de 2019
Los médicos apostaron por un tratamiento tan innovador como curioso: el injerto de piel descamada de bacalao islandés: Según lo expertos, este tipo de piel contiene altos niveles de ácidos grasos omega 3, así como propiedades antiinflamatorias y antibióticas.
“Pudimos colocarlos sobre ella con una mínima sedación. Esto no solo nos permitió curarla sin estrés adicional para sus pulmones, sino que mejoró la forma en la que se curaron sus quemaduras”, explicó Sandness.
El perro se recupera de sus heridas.