Hallan niveles peligrosos de antibióticos en los ríos

Las concentraciones de antibióticos en las aguas de algunos ríos del mundo exceden hasta 300 veces los niveles seguros por los expertos y el más habitual es la trimetroprima, que se usa principalmente para tratar infecciones del tracto urinario.

Ésta es la conclusión principal del primer estudio global sobre esta temática. El trabajo, liderado por investigadores de la Universidad de York (Reino Unido), se ha dado a conocer durante la 29ª reunión anual de la Sociedad de Toxicología y Química Ambiental (Setac) de Europa, que tiene lugar hasta el próximo jueves en Helsinki (Finlandia).

Los investigadores analizaron la presencia de 14 antibióticos de uso común en ríos de 72 países de los seis continentes y encontraron alguno de ellos en el 65% de los sitios examinados.

El metronidazol, que se usa para tratar infecciones bacterianas, como infecciones de la piel y la boca, superó los niveles de seguridad por el margen más grande, con concentraciones en un sitio en Bangladesh que rebasaba en 300 veces los niveles seguros, establecidos recientemente por la AMR INdustry Alliance y que varían de 20 a 32.000 nanogramos por litro (ng/l).

En el río Támesis y uno de sus afluentes en Londres (Reino Unido), los investigadores detectaron una concentración máxima total de antibióticos de 233 ng/l, mientras que en Bangladesh la concentración fue 170 veces mayor.

El antibiótico más prevalente fue la trimetoprima, que se detectó en 307 de los 711 sitios analizados y se usa principalmente para tratar infecciones del tracto urinario.

La ciprofloxacina, que se usa para tratar varias infecciones bacterianas, fue el compuesto que más frecuentemente excedió los niveles de seguridad, al superar el umbral de seguridad en 51 lugares.

SOBRE TODO ASIA Y ÁFRICA

Los investigadores indican que los niveles ‘seguros’ se excedieron con mayor frecuencia en Asia y África, pero sitios analizados en Europa, América del Norte y América del Sur también tenían niveles preocupantes que mostraban, de manera que la contaminación con antibióticos en los ríos es un «problema global.

Los sitios donde los antibióticos superaron en mayor medida los niveles ‘seguros’ están en Bangladesh, Kenia, Ghana, Pakistán y Nigeria, mientras que un sitio en Austria fue clasificado como el más alto de los sitios europeos estudiados.

Los lugares fluviales con más alto riesgo de contaminación por antibióticos están cerca de sistemas de tratamiento de aguas residuales, vertederos de desechos o zonas de agitación política, como la frontera entre Israel y Palestina.

Realizar este trabajo supuso un gran desafío logístico, puesto que los investigadores enviaron 92 kits a socios de todo el mundo para que tomaran muestras de lugares a lo largo de sistemas fluviales locales.

Las muestras fueron congeladas y enviadas a la Universidad de York para su análisis. Se tomaron muestras de algunos de los ríos más emblemáticos del mundo, incluidos el Chao Phraya, el Danubio, el Mekong, el Sena, el Támesis, el Tíber y el Tigris.

«Hasta ahora, la mayor parte del trabajo de seguimiento ambiental de antibióticos se ha realizado en Europa, América del Norte y China. A menudo sólo con un puñado de antibióticos. Sabemos muy poco acerca de la escala del problema a nivel mundial», apunta John Wilkinson, del Departamento de Medio Ambiente y Geografía de la Universidad de York y coordinador del trabajo.

Alistair Boxall, del Instituto de Sostenibilidad Ambiental de la Universidad de York, apunta que «los resultados son bastante reveladores y preocupantes, lo que demuestra la contaminación generalizada de los sistemas fluviales de todo el mundo con compuestos antibióticos».

«Muchos científicos y responsables políticos ahora reconocen el papel del ambiente natural en el problema de resistencia a los antimicrobianos. Nuestros datos muestran que la contaminación de los ríos con antibióticos podría ser un contribuyente importante. Resolver el problema va a ser un gran desafío y necesitará inversiones en infraestructura para el tratamiento de residuos y aguas residuales, una regulación más estricta y la limpieza de sitios ya contaminados», concluyó.

(SERVIMEDIA)