Una mujer de Zamora tendrá que pasar los próximos tres años fuera de su vivienda habitual tras la condena que le ha impuesto la justicia a raiz de las quejas interpuestas por los vecinos.
Durante los últimos 13 años la mujer había convertido el inmueble en el que vivía en un auténtico estercolero: arrojaba basura por las ventanas, orinaba y vertía excrementos en los pasillos del edificio y también restregaba restos de comida por las paredes.
Un detective privado, contratado por los vecinos afectados, consiguió grabar a la condenada mientras realizaba estas prácticas. Gracias a esto el juez les ha dado la razón y ha obligado a la mujer a marcharse del edificio durante tres años.