Es demasiado habitual solicitar servicios de cualquier tipo rehusando la inclusión del impuesto sobre el valor añadido, el famoso IVA.
“¿En cuánto se queda sin el IVA?” es una pregunta que suelen escuchar muchos profesionales en su rutina laboral, como los cerrajeros Chiclana, cuyo servicio, por la inmediatez y la naturaleza del mismo, muchas veces hace que los clientes hagan la típica pregunta que tanto puede llegar a incomodar.
Para intentar controlar en la medida de lo posible estas prácticas, surgió la llamada ley Antifraude, que impone ciertos límites a los pagos en metálico o en efectivo para así atajar estos cobros en B que, a la larga, no benefician a nadie.
Las posibles complicaciones del bien o servicio que supone el motivo del pago son otras razones de peso para solicitar la factura, la muestra más irrefutable de que se ha dado la relación comercial entre el profesional y el cliente: si surge cualquier contratiempo, el cliente no tendrá la garantía por escrito de la compra de ese producto o la prestación del servicio determinado.
Por lo expuesto anteriormente, se puede constatar aquello de que “lo barato acaba saliendo caro”, teniendo en cuenta numerosos aspectos que se dejan al azar en la solicitud de una relación comercial sin factura.
El seguro puede hacerse cargo de la factura
Algunos cerrajeros en Chiclana señalan la tendencia al alza de muchos usuarios que, tras haber pedido no pagar el IVA, han vuelto a llamar al profesional para pedir la factura completa ya que se han enterado de que su seguro de hogar cubre la reparación de esa cerradura.
Estos profesionales lamentan que esto puede ocasionarles nuevos viajes y que los clientes no entienden que ese kilometraje adicional deben abonarlo también.
Por tanto, siempre recomiendan que sus servicios sean registrados mediante factura para beneficio de ambas partes.
La factura, medio de asegurarse de evitar posibles timadores
Los profesionales de este sector lamentan también un cierto intrusismo, que hace que surjan prácticas fraudulentas en la solicitud de los usuarios de servicios de cerrajería.
Como método para detectar presuntos cerrajeros que no tienen legalizada su actividad, el no ofrecer una factura como comprobante de su servicio aunque se la exijas es una de las señales de que no es un profesional del sector.
Los profesionales cerrajeros siempre ofrecen sus servicios con facturas en las que se reflejen los impuestos correctamente, con los datos de contacto, CIF y demás información relevante en caso de que surgiera algún problema por el que deban ser requeridos de nuevo.
Debido a todos estos aspectos, es conveniente requerir en todo momento toda la documentación requerida para dejar constancia de la prestación del servicio con todas las garantías.
Las ventajas son infinitas aunque el precio sea algo más elevado, en cuestión de impuestos que son de obligado cumplimiento, por lo que aquellos cerrajeros que no ofrezcan esta posibilidad no será buena opción por la calidad inferior de su trabajo y su nula garantía.