Expertos en procesos de paz defienden el papel de Cuixart como un “ejemplo de liderazgo no violento”

Dos peritos, sociólogos y expertos en procesos de paz, propuestos por la defensa de Jordi Cuixart, declararon este miércoles ante el tribunal que juzga el ‘procés’, donde aseguraron que el papel de Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, durante el otoño de 2017 fue un “ejemplo de liderazgo no violento” en el que predominaron “llamamientos a la serenidad, a la calma, a condenar la violencia y desenmascarar hechos violentos”.

Así se manifestaron este miércoles John Paul Lederach, doctor en Sociología y profesor emérito de Construcción de la Paz Internacional en la Universidad de Notre Dame (Indiana, Estados Unidos), y Jesús Castañar, sociólogo experto en no violencia y resistencia civil. Ambos realizaron en enero de 2019 un análisis estratégico del ‘procés’, a petición de la defensa de Cuixart, que han ratificado ante la sala del Tribunal Supremo que juzga a los líderes independentistas del 1-O.

Calificaron las movilizaciones independentistas de otoño de 2017 como un ejercicio de “resistencia civil, no violenta” que “no estaba planificado”. En cuanto a la concentración frente a la sede de Economía el 20-S, apuntaron que la actitud de “no violencia” se demostraba por las “formas, discursos y acciones”. Sobre este asunto, añadieron, “no tendría sentido una acción violenta”, ya que podía haber supuesto la “deslegitimación del movimiento”. “Cualquier forma de violencia sería contraria a los objetivos estratégicos de Òmnium”.

En cuanto a los daños en los vehículos de la Guardia Civil, lo calificaron como una “falta de disciplina de la no violencia” que es “difícilmente achacable a una persona, puesto que se empezaron pegando pegatinas y acabaron pinchando ruedas y rompiendo cristales”.

Además, ambos coincidieron en que los métodos utilizados por las personas concentradas durante el 1-O son una muestra de “no colaboración e interposición no violenta”, ya que emplearon técnicas como “la sentada colectiva, la muralla humana o los cánticos”. En este sentido, describieron a los concentrados como una “multitud sin experiencia y no muy organizada”, puesto que, agregó Castañar, “la experiencia no se adquiere en un tallercito de un día, sino en la práctica, para no responder de forma instintiva con insultos o patadas”.

LAS AGRESIONES: CASOS AISLADOS

Así todo, continuaron, “no detectamos en ninguno de los vídeos de las escuelas que ninguno de los grupos de personas recibieran al cuerpo policial con violencia o agresiones físicas”, aunque es cierto que “había ciertas incidencias de reacción una vez que empezó la actuación de la policía. Son casos aislados estas reacciones, quizá faltaba el nivel de preparación no violenta”.

Precisamente sobre esto les preguntó el fiscal Moreno, quien les recordó que hubo un gran número de agentes lesionados. Los sociólogos explicaron que en su informe manejaron siempre la cifra más alta, 93 agentes lesionados, como también el informe de los Mossos d’Esquadra que alertaba de una posible escalada de violencia.

“No hay escalada de violencia, se producen unas agresiones puntuales producidas por los momentos de tensión”. En este mismo sentido se pronunciaron respecto a las detenciones. “Cinco detenciones especificas por agresión, contando con que la participación fue masiva, más de dos millones, indica que no hubo una escalada, sino una falta de disciplina”. Algo que puso en duda la abogada del Estado aludiendo a que la orden del coronel Diego Pérez de los Cobos era no priorizar las detenciones para agilizar la actuación. Asimismo, apuntaron que las lesiones de los agentes no solo se pudieron producir por agresiones de los ciudadanos, sino también “por el propio ímpetu de la policía y el desgaste de los agentes”.

En esta línea, recordaron que no se produce “en ningún momento” una acción de toma de centros de poder, ya que los centros “fueron principalmente locales, no centros de poder como canales de comunicación, típicos en una toma distinta a esta”. Además, insistieron, la acción “fue muy dispersa geográficamente con una participación local importante y una capacidad de mantener comunicaciones horizontales”.

Así, a preguntas de la abogacía del Estado, detallaron que cuando realizaron el informe pericial no encontraron un “impulso estratégico” de una persona o entidad en concreto. En este sentido, apuntaron que en la concentración del 20-S no encontraron un acto de liderazgo, “sino de responsabilidad” por parte de las entidades sociales. Además, sobre el papel del Govern, como convocante del referéndum del 1-O, Castañar señaló que esto “le da legitimidad al acto de desobediencia civil”.