Un equipo de investigadores ha descubierto un ejemplar de cangrejo fósil en rocas del Pirineo aragonés, concretamente entre Puebla de Roda y Arén (Huesca), con el que han dado nombre a una nueva especie -‘Aragolambrus collinsi’-, que es uno de los más completos de su estirpe.
El trabajo, publicado en la revista ‘Journal of Crustacena Biology’, indica que esa especie está asociada a arrecifes de coral fosilizados en el Pirineo hace unos 50 millones de años.
La zona entre Puebla de Roda y Arén estaba hace unos 50 millones de años cubierta por un mar poco profundo y propicio para la proliferación de una gran diversidad de animales marinos.
“Los arrecifes de coral son sin duda uno de los ambientes más ricos en invertebrados marinos y en nuestra zona de estudio podemos explorar como eran estos ecosistemas hace millones de años”, apunta Samuel Zamora, científico del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y líder del grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza, que ha descubierto el cangrejo fósil en el Pirineo oscense.
Los crustáceos decápodos son un grupo de artrópodos muy común en todos los mares actuales y han llegado a colonizar las aguas dulces e incluso medios terrestres. A este grupo pertenecen organismos tan comunes y abundantes como las gambas y los cangrejos. Actualmente, los ambientes más ricos en especies, es decir, con mayor diversidad, son los que se encuentran en zonas arrecifales tropicales.
Para Fernando Ari Ferratges, primer firmante de la publicación, “encontrar ‘Aragolambrus’ en rocas del Pirineo aragonés ha sido una sorpresa, ya que se trata de uno de los representantes más antiguos y completos de su familia”.
Este trabajo forma parte de una investigación más general que se desarrolla en la Universidad de Zaragoza y que trata de conocer mejor los arrecifes fósiles del Pirineo y las faunas marinas que los habitaban.
«Los arrecifes fósiles del Pirineo son excepcionales y el estudio de las faunas que albergaron va a permitir conocer mejor cómo han evolucionado estos sistemas a lo largo del tiempo», indica Marcos Aurell, catedrático de Estratigrafía de la Universidad de Zaragoza y coautor del trabajo.