La Guardia Civil investiga la muerte de una niña de siete años en su propia casa, en el municipio de Muimenta, en Lugo. La pequeña, que no padecía ninguna enfermedad, había dormido junto a su madre, de manera excepcional, y no presentaban signos de violencia.
Según ‘La Voz de Galicia’, fue la propia abuela quien llamó a los servicios de emergencia después de que la madre le avisara por la mañana de que la niña estaba muerta. En medio de la confusión, el telefonista entendió que temía por la violencia que mostraba su hija.
Cuando los agentes y los servicios de emergencia llegaron a la vivienda familiar, la niña aún estaba viva pero, pese a ponerle oxígeno, falleció en su cama.
Aunque en un primer momento creyeron que el fallecimiento respondió a causas naturales, la autopsia será determinante para conocer las causas de la muerte. Junto a esta prueba analizarán además las pastillas que encontraron en la casa y que la progenitora tomaba para tratar sus trastornos psicológicos, y una sustancia de color oscuro, similar al café, que podría ser un cóctel de pastillas.
El diario gallego cuenta que la abuela prestó declaración y quedó en libertad a las pocas horas del trágico suceso, mientras que la madre fue enviada al Hospital de Lugo porque sufría una crisis nerviosa.
Por otra parte, el padre, que está separado de la mujer, se presentó en la vivienda y al encontrarse con la madre de frente le preguntó «¿qué le has hecho a mi hija?».