Más de un año y medio ha tenido que pasar hasta que la gente de MDHR Studio se ha decidido a lanzar su juego estrella, Cuphead, en Nintendo Switch, la plataforma que creemos que es la mejor para jugar a este complicado, curioso y original plataformas. Con algunas novedades respecto a la versión de otras consolas, por fin podremos disfrutar tanto en casa como en cualquier lugar de este maravilloso Cuphead.
La estética del juego se asemeja a las primeras historietas de Disney con personajes muy carismáticos y con gran gestualización, ya que se inspira en los dibujos que se realizaban justo al comenzar el sonido en el cine, así que todavía estábamos entre épocas y todavía se gestualizaba mucho como en la fase anterior. Tras esta pequeña meta-historia pasamos a comentar que al igual que aquellos guiones, Cuphead tiene su propia aventura y es que nos encontramos ante Cuphead y Mugman, dos protagonistas con cabezas de tazas, una con pajita roja y otra con pajita azul que un día se despistan de su camino y llegan hasta el Casino del Diablo, allí empiezan a ganar jugando a los dados hasta que son engañados por el Rey Dados, el director del Casino y el mismísimo Diablo, el dueño. Se juegan sus almas y pierden con lo que tendrán que pagar pero ambos personajes solicitan que se les perdone el castigo a partir de hacer cualquier otra cosa.
El Diablo acepta y les encarga a los dos hermanos que tendrán que recuperar las almas de todos los deudores del casino que están repartidos por el mundo hasta la medianoche del día siguiente, en caso de que no lo hagan, las almas de los dos hermanos serán del Diablo. Y así comienza el juego que nos coloca en un mapa en el que movernos libremente y elegir la fase que queremos jugar. Hay varios tipos de fases, las que nos colocan ante el jefe final directamente o las que son de shoot and run, es decir, ir disparando a enemigos a lo largo de la pantalla hasta llegar al final del nivel.
La elección del nivel corre a nuestra cuenta de entre los que están habilitados y que al ir completándolos, se van desbloqueando nuevas zonas por las que avanzar. Así pues combatiremos contra terribles monstruos en escenarios alocados o tendremos que avanzar ya sea a pie o incluso convertidos en divertidos aviones a lo largo de niveles repletos de enemigos que querrán eliminarnos. Realmente el juego es algo complicado pero todo dependerá de nuestra habilidad a la hora de hacernos con los controles. Los controles se resumen a salto, disparo y disparo especial. Podremos cambiar de arma e incluso hacer doble salto en algunas ocasiones o esquivar, pero la sensación de controlar al personaje está pulida al máximo y realmente todo lo que hagamos dependerá de nuestra maña a la hora de controlar a Cuphead o a Mugman.
Algo que nos ha gustado mucho es que a la hora de morir, el juego nos informará de en qué lugar de la fase hemos caído y es que los jefes finales tienen distintas fases, por ejemplo y para no spoilear demasiado, el primero al que nos enfrentaremos es una patata gigante que va por el escenario y nos dispara, una vez la eliminemos, saldrá una cebolla en el centro del huerto que llorará lágrimas que si nos tocan, nos quitarán una vida, cuando hayamos acabado con ella, la última hortaliza contra la que lucharemos será una zanahoria con poderes mentales. Todo en plan muy divertido, muy alocado y con unos dibujos geniales pero que no nos engañen, siguen teniendo su dificultad.
Nuestro personaje cuenta con 3 vidas en cada pantalla y si nos eliminan deberemos comenzar de nuevo. A medida que disparemos iremos haciendo aparecer cinco naipes, en orden. Cada naipe es un ataque especial del arma que llevemos equipada y que seleccionaremos antes de cada fase. Además de esto, seleccionaremos la dificultad. Tendremos la opción de jugar en fácil cada fase para saber a qué nos vamos a enfrentar, pero completar la fase en modo fácil significará que no vamos a recibir el alma del monstruo de turno para el Diablo. Es una excelente manera de hacernos practicar pero al reto de verdad deberemos enfrentarnos en nivel normal si queremos completar nuestra misión y que el malvado Diablo no se quede con nuestras almas.
Las fases son rápidas pero exigirán habilidad, reflejos y concentración. Cada fase es un reto y los enemigos cuando avanzamos en el juego van teniendo rutinas distintas. Realmente alguno nos ha costado más que otro pero hemos de decir que armándonos de paciencia y repitiendo, hemos llegado al final en todos. También ha ayudado el comprar armas con el dinero obtenido en las fases de shoot and run donde, como decimos, se consiguen monedas. Con estas monedas podremos ir a los puestecillos por el escenario en donde un amable cerdito con un parche en el ojo nos atenderá y nos venderá los productos que tenga disponibles.
La duración del juego dependerá de la habilidad de cada uno pero sobre las 10 horas de diversión solo en la historia nos va a llevar. Además el juego tiene una alta rejugabilidad porque al acabar cada fase tendremos una valoración y unos logros que hacer, así pues si queremos la mejor puntuación tendremos que jugarla y terminarla con los requisitos que se nos pidan.
Gráficamente Cuphead es maravilloso. La estética de esas primeras historietas de dibujos animados de cine a todo color, los personajes carismáticos y toda la locura que conlleva este juego hace de él una pequeña obra de arte. Además tiene añadido el típico filtro de películas antiguas en las que hay suciedad que aportan un extra. Quizás no es el juego con mejores gráficos, pero si es de los que tiene más trabajado y mimado el aspecto artístico. Es estar jugando y viendo una película de esta época.
La música también es otra delicatessen del juego, ya que la banda sonora, muy del estilo Jazz, que estaba de moda en aquellos años 30 y su conjugación con la imagen haciendo que los enemigos bailen al ritmo, hace de todo esto una experiencia única. Además otra de las novedades que llegan hasta Nintendo Switch es que el juego viene traducido al español y nos enteraremos de los textos y de la historia sin ningún problema.
Solo por el apartado audiovisual del juego, diríamos que Cuphead merece la pena, pero si además añadimos el perfecto y pulido control, la imaginación en cada fase que no dejará de sorprendernos y el plus de poder jugar en la misma consola con un amigo hacen de este un juego imprescindible para la Nintendo Switch. Cuphead cumple perfectamente con lo mejor de las plataformas, la estética de entre guerras y el reto que supone tener que hacer las fases varias veces hasta conocer todas las rutinas y poder completar los niveles. Cuphead estaba hecho para Nintendo Switch y es necesario que cada miembro de la familia lo juegue porque merece la pena.