Empate a cero entre SD Huesca y FC Barcelona en un encuentro donde, pese al resultado gafas, los culés dispusieron de tres oportunidades realmente positivas para batir al cancerbero del cuadro oscense. Sin embargo, Santamaría cuajó una actuación muy meritoria, especialmente con las intervenciones a Dembélé y Murillo en el primer acto.
Ernesto Valverde, como era previsible, planteó una convocatoria y un once inicial repleto de novedades. Con Luis Suárez y Piqué sancionados, junto con el descanso que el ‘Txingurri’ otorgó a Messi, Busquets, Rakitic y Sergi Roberto, piezas fundamentales en su esquema, el que fuera míster de Valencia, Espanyol o Athletic Club de Bilbao, entre otros, demostró que su prioridad es la Champions.
Ter Stegen volvió a ser el muro de los de azul y grana, junto con la responsabilidad de portar el brazalete de capitán en El Alcoraz. Asimismo, Murillo, Todibo y Umtiti fijaron la línea de tres centrales, flanqueados en los costados por Wagué y Malcom. Vidal, Aleñá y Riqui Puig fueron los elegidos en la medular del Barça, mientras que Dembélé (el mejor de largo de los suyos) y Boateng serían los más adelantados de la disposición táctica del míster blaugrana.
El juego no fue lo más excelso, evidentemente, sobre todo teniendo en cuenta que Valverde salió al césped del fortín del Huesca (plaza difícil, todo sea dicho de paso) con el equipo B. Y no, no tiene que considerarse como una falta de respeto hacia el conjunto local, ni muchísimo menos como una forma de adulterar la competición (sí, amigas y amigos, eso dicen en el circo televisivo en el que, por desgracia, se han convertido los programas deportivos nocturnos que se emiten en la ‘caja tonta’).
Reparto de puntos que acerca al Barça hacia su segundo título consecutivo (octavo en once temporadas), mientras que los pupilos de Francisco tendrán que seguir remando a contracorriente, algo que llevan realizando durante todo el curso futbolístico 2018-2019, para luchar por esa ansiada permanencia en Primera.