La familia Baker había viajado desde Nueva Zelanda hasta Cork (Irlanda) para disfrutar de unas vacaciones por Europa y para ello alquilaron una vivienda con Airbnb. Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula cuando descubrieron que una cámara oculta les grababa en todo momento en el comedor y emitía las imágenes en directo.
Al día siguiente llamaron a Airbnb y aunque en un primer momento volvieron a anunciar la vivienda, tras la publicación de los hechos en las redes sociales la plataforma expulsó al mal anfitrión de la plataforma y aseguró a los Barker que investigaría lo sucedido.
*FINAL UPDATE: WE HAVE NOW BEEN CONTACTED BY NUMEROUS GUESTS OF THIS LISTING THAT AIRBNB ALLOWED TO STAY IN THE PROPERTY…
Publiée par Nealie Barker sur Lundi 1 avril 2019