¿Con Mas Madrid, se siente más libre para liderar su proyecto político?
Más Madrid es el resultado de una experiencia de cuatro años que me ha enseñado mucho. Hoy es una plataforma cohesionada, con una misma idea de cómo afrontar los problemas de esta ciudad y cómo encarar las soluciones. Y estoy segura de que con el respaldo ciudadano Madrid será una ciudad mucho mejor aún dentro de cuatro años.
Íñigo Errejón ha sido su gran fichaje. ¿Sueña usted con un gobierno en la misma sintonía en la Comunidad y el Ayuntamiento?
Me encantaría tener como compañero a Iñigo en el gobierno de la Comunidad de Madrid. Por algo compartimos proyecto. Pero lo realmente importante es que las instituciones remen en la misma dirección, que allanen el camino y no se pongan piedras en el camino. Por supuesto que siempre habrá diferencias de criterios, de formas de hacer, incluso de tiempos, pero para eso está la voluntad y el sentido de lealtad institucional desde el convencimiento de que todas trabajamos por y para la ciudadanía. Considero que trabajar juntos sería estupendo para romper eso que, como ya he calificado en otras ocasiones, ha sido el comité de oposición del gobierno del PP para el Ayuntamiento durante estos cuatro años.
Estamos asistiendo en los últimos tiempos a un terremoto que está provocando grandes cambios en los modelos de movilidad. Taxis, VTC, eléctricos sin conductor, patinetes, bicicletas. ¿No habría que poner orden en todo esto? ¿Cuál es su modelo?
No podemos negar una realidad: nos tenemos que replantear el modelo de movilidad si queremos cumplir la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. No es una opción, es una necesidad. De ahí nuestro Plan A de Calidad del Aire. Y es A porque no tenemos un plan B en la recámara. Tenemos un aliado en la innovación, que ha traído consigo nuevas formas –desde la micromovilidad hasta los desplazamientos compartidos– y eso nos obliga a todos a un replanteamiento del modelo. El objetivo es claro: lograr una ciudad mucho más respetuosa con el medioambiente y mucho más respirable, apostando por los vehículos eléctricos y menos contaminantes.
En el Ayuntamiento nos hemos propuesto dar ejemplo. Y le pongo alguno: en enero hemos incorporado 142 vehículos Cero Emisiones y otros 41 ECO, que sustituyen a otros más contaminantes. En solo un mes. Y en el caso de los autobuses de la EMT, su parque verde representa el 82,92%. No dejamos de renovar nuestra flota porque una Administración no puede pedir a la ciudadanía lo que ella no está dispuesta a hacer.
Madrid es la capital mundial de la movilidad eléctrica. Aquí tenemos cuatro compañías de automóviles compartidos –carsharing– que operan en Madrid: car2go, E-mov, Zity y Wible. Juntas suman cerca de 3.000 vehículos eléctricos y más de 500.000 usuarios registrados.
Madrid Central…
Madrid Central es un ejercicio de responsabilidad, entre otros aspectos porque es un asunto de salud pública. Una decisión que solo responde al compromiso con el futuro de esta ciudad. Su puesta en marcha va a reducir un 40% las emisiones de dióxido de nitrógeno dentro de Madrid y sus primeros resultados ya los estamos viendo: un 25% menos de tráfico y un aumento del 4% en la cifra de pasajeros de la EMT. Madrid Central sí sirve, pero sobre todo es necesario por el bien de todos los madrileños. Yo creo, por ejemplo, que hay un altísimo nivel de aceptación ciudadana de las medidas que suponen una reducción de los vehículos en la Gran Vía en favor de los peatones.
¿Un día veremos un Madrid inteligente, tipo Málaga?
Creo que ese Madrid inteligente lo estamos ya viendo. Málaga es un ejemplo de cómo se hacen bien las cosas, pero Madrid no va a la zaga. Madrid es la sexta ciudad de Europa con más densidad de startups y la novena con más inversión en este terreno. La inversión anual en startups madrileñas se ha multiplicado por cuatro en los últimos seis años y, desde 2013, ha crecido un 346%, pasando de 77 a 342 millones de euros.
En La Nave, nuestro espacio municipal de referencia en innovación, en apenas año y medio hemos pasado de tener alojadas 19 empresas a más de 80 actualmente. Somos también un referente mundial en la movilidad eléctrica. Madrid es una ciudad inteligente y va a serlo más aún.
La calidad de la cultura en una ciudad demuestra su salud ciudadana. ¿Está Madrid a la altura de sus ciudadanos?
Madrid tiene un patrimonio histórico y cultural incalculables, que hemos querido reforzar con la candidatura del eje Prado-Recoletos a Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Pero aún con ese bagaje, creo que le faltaban dos cosas: participación y descentralización. La cultura emana de la sociedad y se alienta desde las administraciones. Así hemos descubierto más de 21.000 poetas ocultos entre la ciudadanía y tuvimos que hacer un esfuerzo inmenso para seleccionar solo un millar de sus versos para ponerlos en los pasos de peatones.
Hemos aumentado un 60% las actividades culturales y hemos creado nuevos espacios como el Espacio Abierto Quinta de los Molinos; y otros que están ya en marcha, como el museo de la duquesa de Osuna en su maravillosa Quinta del Capricho. Hemos revitalizado la cultura en Madrid con casi 10 millones de euros anuales. Madrid ha vuelto a ser un hervidero cultural, pero no solo en el centro, sino también en sus barrios.
Dicen que la Comunidad de Madrid está desarticulando la educación pública en Madrid. ¿Qué puede hacer desde el Ayuntamiento?
Los ayuntamientos no tenemos competencias en educación, excepto en lo que afecta al mantenimiento de los edificios de los centros públicos. Pero eso no impide que crea en la educación pública como uno de los pilares que determinan el avance de las sociedades. Por eso hemos creado nuestra propia red de escuelas infantiles (hasta 2017 estaban en manos de la Comunidad de Madrid), donde prima la calidad sobre el precio. Esa red cuenta con 56 centros a los que se van a sumar otros 13 cuya construcción hemos aprobado. Y además la matriculación es gratuita. Lo acordamos en enero para todos los centros, sean de gestión directa o indirecta, porque queremos avanzar en la gratuidad, favoreciendo la escolarización temprana y la conciliación de la vida familiar y laboral. Cada aula de estas escuelas cuenta con la pareja educativa a fin de que los niños tengan una atención más individualizada. Además se han disminuido los ratios en las aulas, sobre todo en las unidades para niñas y niños de 2 o 3 años, pasando de 20 a 16 alumnos por aula.
Desde partidos a la derecha del suyo hablan de violencia doméstica y desvirtúan la realidad del grave problema de la violencia de género.
¿Cuál sería su prioridad a la hora de tratar este grave problema?
Más que un problema es un drama, una lacra, que no admite desviar la mirada. Afortunadamente ya no es un tema tabú, sino que ahora es una denuncia abierta. Basta ver las dos huelgas con motivo del 8 de marzo y las manifestaciones multitudinarias celebradas en torno a esa fecha que, además, no solo se produjeron en las calles de las grandes ciudades. No. Tuvieron su réplica en cientos de pueblos donde las mujeres alzaron su voz. Eso indica lo que hemos avanzado y también lo que nos queda por avanzar.
Pero creo que hay que ahondar en las raíces. Lo he dicho siempre. Cuando organizamos en 2017 el primer Foro Mundial sobre Violencias Urbanas, nuestro propósito era ese: trascender a las meras soluciones de seguridad, necesarias pero también claramente insuficientes, para buscar los porqués y llegar a la causa. Si no lo hacemos nos quedaremos en la superficie… y las soluciones no dejarán de ser parches.
Además de la accesibilidad física, ¿qué ocurre con la accesibilidad sensorial? Traductores de lengua de signos en los organismos municipales, apoyos a personas con discapacidad intelectual en su relación con las administraciones, lectura fácil y los documentos del ayuntamiento. ¿Se puede hacer?.
Me gusta hablar siempre de ciudades inclusivas y eso no se entiende sin una apuesta firme por la accesibilidad universal en todos los terrenos, no solo en el de la movilidad. El pasado año sacamos un contrato de compra pública de innovación por más de 330.000 euros para desarrollar un traductor en tiempo real de la lengua de signos a voz que está testándose. Queda mucho por hacer, más en una ciudad de las dimensiones de Madrid. Pero lo importante es que es un tema que está en nuestro foco y tengo la voluntad de que siga estándolo. Nosotros tenemos el programa Madrid Ciudad de los Cuidados, que consiste en poner la sostenibilidad de la vida y la facilitación de los cuidados en el centro de las decisiones políticas.