Tres ratas muertas fueron encontradas por los funcionarios de la prisión británica de HMP Guys Marsh, en Dorset (Reino Unido), dentro de la cerca perimetral de seguridad del recinto.
Los funcionarios notaron que los roedores tenían su cuerpo cosido con hilo y las recogieron para su inspección.
El interior del cuerpo de los roedores había sido extirpado por completo, ni rastro de órganos ni esqueleto. En su lugar, los inspectores encontraron cinco teléfonos móviles con sus respectivos cargadores; tres tarjetas SIM; papel de fumar y varios tipos de drogas, entre ellas cannabis.
Es el primer caso de estas características registrado en Reino Unido. El modus operandi de los contrabandistas era el siguiente: un contacto del exterior de la prisión lanzaba los roedores a la cerca, donde un preso los recogía y los introducía en el interior del centro, tal y como informó el ministerio de Justicia del país.
«Este hallazgo muestra hasta dónde está dispuestos a llegar los delincuentes para introducir drogas en prisión, y subraya por qué nuestro trabajo es tan importante. Las drogas y los teléfonos móviles tras las rejas suponen un riesgo para los presos, los funcionarios de prisiones y los visitantes», comentó Rory Stewart, máximo responsable de prisiones del país a ‘Skynews’.