El Gobierno de Pedro Sánchez no aprobará antes de las elecciones del 28 de abril la subida del impuesto al diésel para equipararlo con el de la gasolina, pero mantendrá la propuesta en su agenda con la esperanza de poder aprobarla en caso de que el PSOE vuelva al Ejecutivo tras los comicios.
Así lo señaló la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en una entrevista en Servimedia en la que aseguró que el Ejecutivo no aprobará antes de las elecciones ninguna medida fiscal pero que espera “dar continuidad al trabajo que se ha interrumpido con la legislatura”.
Para ello, añadió, el PSOE tomará como base el proyecto de Presupuestos de 2019 presentado en enero y que fue rechazado por el Congreso de los Diputados, al considerar que “son las cuentas públicas que necesita este país y que iban dirigidas fundamentalmente a propiciar el cambio de modelo productivo”, así como la agenda del cambio que incluye toda el plan de reformas que el Gobierno socialista espera poder llevar a cabo en la próxima legislatura.
En este sentido, Montero también apuntó como “protagonista fundamental” a la Ley de Cambio Climático, la de Transición Justa y la estrategia de Energía y Clima y afirmó que “conforme la evidencia y la ciencia van avanzando, la fiscalidad se tiene que adaptar”. “Esto significa que en el diésel y otro tipo de actividades la fiscalidad actual no contempla bien nuevas áreas de actividad o nuevos comportamientos que se han ido desarrollando”, explicó.
Asimismo, agregó que “el programa de fiscalidad del siglo XXI incorpora aquellos elementos de fiscalidad verde que son más disuasorios que recaudatorios y que tienen que ver con el consumo responsable y la utilización de la industria de las fuentes energéticas de forma responsable”.
“Tenemos muy claro qué es lo que necesita el país para las próximas décadas”, afirmó la ministra, para agregar que España debe “aprovechar nuestro potencial en materia de energías renovables y conseguir una energía descarbonizada”, para lo que seguirá el cronograma de cierre de plantas y pondrá en marcha incentivos de energías que puedan ser sustitutivos de energías fósiles.
Sobre este punto, también mencionó las posibilidades que esta transición energética producirá en cuanto a creación de empleo asociado a la tecnología y al acompañamiento que se dará a la industria, fundamentalmente a la de la automoción y a la electrointensiva.