El expresidente de BBVA Francisco González ha decidido dejar «temporalmente» sus cargos en el grupo, donde ostenta la Presidencia de Honor, mientras finalizan las investigaciones sobre las supuestas escuchas masivas vinculadas con una empresa del excomisario José Manuel Villarejo, según confirmaron fuentes del mercado.
Así lo ha comunicado el banquero gallego al presidente del grupo, Carlos Torres, en una misiva donde justifica que da un paso al lado para evitar su utilización para dañar a la entidad y que ve la luz en la víspera de una de las juntas que se presume más conflictiva de BBVA precisamente por el escándalo de las escuchas.
La misiva ahondaría en los momentos duros vividos al frente del banco, como fueron las cuentas secretas del antiguo BBV, el asalto de Sacyr o las críticas recibidas por no participar en la Sareb y en la salida a bolsa de Bankia, en línea con el contenido de la que fue su penúltima intervención pública cuando hizo balance de su gestión durante la presentación de resultados corrrespondientes a 2017, hace ahora un año.
Su salida resta presión para la asamblea del banco, donde distintas informaciones adelantan una jornada difícil para Torres, en parte porque se ofrece la ocasión de ejercer presión sobre el exbanquero a los ‘neguris’, exgestores de BBV que resultaron desplazados cuando la Argentaria que lideraba González se fusionó con la entidad vasca.
Según compartió el mismo Torres cuando saltó el escándalo, BBVA inició investigaciones sobre la relación contractual con la agencia Cenyt, vinculada al excomisario Villarejo, cuando en 2018 aparecieron sus nombres vinculados en informaciones periodísticas. Por aquel entonces González aún no había dejado la Presidencia del grupo.
Aquellas pesquisas, efectuadas a nivel interno, concluyeron sin encontrar problemas, pero volvió a abrir investigaciones cuando los diarios ‘El Confidencial‘ y ‘Moncloa.com’ desvelaron el supuesto espionaje masivo a miembros del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, empresarios, políticos y periodistas coincidiendo con el intento de Sacyr de controlar BBVA.
Es entonces cuando el banco abre la segunda investigación, apoyándose en PwC, el despacho Uría Menéndez y su bufete Garrigues, para esclarecer la relación de la firma del excomisario Grupo Cenyt y qué trabajos hizo para la entidad.
La consultora estaría peinando las comunicaciones de los últimos 15 años, desde el año 2004, de empleados, directivos y consejeros. El trabajo ‘forensic’ encargado a PwC involucra a un equipo de entre 40 y 50 personas y podría consumir varios meses dado su minucioso escrutinio.
En la última presentación de resultados Carlos Torres salió en defensa de Francisco González, defendiendo que las dos décadas de trabajo junto a él le había «demostrado un enorme liderazgo, dedicación, entrega», y subrayando su obsesión por trabajar «con buenos principios, y cueste lo que cueste».
No obstante, dijo que aplicará «tolerancia cero» con los resultados de la investigación que, dado la importancia de las acusaciones, ya están en los tribunales, entre otros factores ante la denuncia del exministro y antiguo ejecutivo de BBVA, Miguel Sebastián, y el exvicepresidente de CNMV Carlos Arenillas, a González por supuestamente haber sido espiados.
Ante la dimensión del escándalo, el Banco Central Europeo (BCE) urgió concluir la investigación para evitar un daño reputacional a la entidad y al conjunto del sector. Según algunas fuentes, habría buscado también animar a González a dar el paso al lado que ahora da.