La salud humana se enfrenta a graves amenazas si no se toman medidas urgentes en favor del medio ambiente, hasta el punto de que si no aumentan drásticamente las protecciones ambientales podrían producirse millones de muertes prematuras a mediados de este siglo en ciudades y regiones de Asia, Oriente Medio y África.
Así se recoge en la sexta edición del informe ‘Perspectivas del Medio Ambiente Mundial’ (GEO-6, por sus siglas en inglés), que es el documento emblemático de ONU Medio Ambiente y se presentó este miércoles coincidiendo con la IV Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que se celebra hasta el próximo viernes en Nairobi (Kenia) con el fin de impulsar economías más sostenibles.
El informe, que es la evaluación más exhaustiva y rigurosa de la ONU sobre el estado ambiental global y fue elaborado durante los últimos cinco años por un equipo de 250 científicos y expertos de más de 70 países, advierte de que la resistencia antimicrobiana se convertirá en una de las principales causas de muerte en 2050 debido a la contaminación de los cuerpos de agua dulce, y que los interruptores endocrinos afectarán a la fertilidad masculina y femenina, así como al desarrollo neurológico infantil.
Sin embargo, los autores aseguran que el mundo tiene a su disposición la ciencia, la tecnología y las finanzas necesarias para transitar hacia el desarrollo sostenible, aunque todavía falta mayor apoyo de parte de los líderes públicos, empresariales y políticos que se aferran a modelos obsoletos de producción y desarrollo.
«La información científica es clara. La salud y la prosperidad humanas están directamente relacionadas con el estado del medio ambiente», dijo Joyce Msuya, directora ejecutiva interina de ONU Medio Ambiente, quien añadió: «Este informe ofrece una perspectiva de la humanidad: nos encontramos en una encrucijada. ¿Continuamos por nuestra ruta actual, que nos llevará a un futuro sombrío, o escogemos el camino del desarrollo sostenible? Ésa es la elección que deben hacer nuestros líderes políticos, ahora».
POLÍTICA INNOVADORA
Por otro lado, el informe indica que la proyección de un futuro saludable, con personas sanas, se basa en reemplazar el modelo de desarrollo de «crecer ahora, limpiar después» por un modelo económico «cero residuos» para el año 2050.
En este sentido, si los países destinan a las inversiones verdes el equivalente a un 2% del PIB, producirían un crecimiento a largo plazo tan alto como el que se proyecta actualmente, pero con menor impacto en el cambio climático, la escasez de agua y la pérdida de ecosistemas.
Sin embargo, el mundo no está actualmente en camino de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 o 2050, por lo que se requieren medidas urgentes, ya que cualquier retraso en la acción climática aumentará el costo de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París o revertirá el progreso logrado hasta ahora.
RECOMENDACIONES
El informe aconseja adoptar dietas menos intensivas en carne y reducir el desperdicio de comida. De no tomar acciones, será necesario aumentar la producción de alimentos en 50% para satisfacer la demanda de entre 9.000 y 10.000 millones de habitantes del planeta en 2050. Según la publicación, un 33% de los alimentos del mundo se desperdicia y el 56% de esos residuos se genera en los países industrializados.
Además, indica que la urbanización sin precedentes de la actualidad puede presentar una oportunidad para aumentar el bienestar de los ciudadanos, mientras se disminuye su huella ambiental, si se adoptan mejores prácticas de gobernanza, planificación de uso de la tierra e infraestructura verde. Adicionalmente, la inversión estratégica en áreas rurales reduciría las presiones que motivan la migración.
El informe también hace un llamado a la acción para frenar el flujo de ocho millones de toneladas de residuos plásticos que llegan a los océanos cada año. Si bien este problema ha recibido mayor atención en los últimos años, todavía no existe un acuerdo global para abordarlo.
Los autores destacan avances en la recopilación de estadísticas ambientales, en particular en el campo de los datos geoespaciales, y resaltan que existe un gran potencial para impulsar el conocimiento a través del ‘big data’ (grandes datos) y el fortalecimiento de la cooperación entre aliados públicos y privados para la recopilación de datos.
Las intervenciones de políticas que abordan sistemas completos –como la energía, los alimentos y los residuos–, en lugar de problemas específicos –como la contaminación del agua–, pueden ser mucho más efectivas.
Por ejemplo, las medidas de mitigación climática para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París costarían alrededor de 22 billones de dólares (unos 19,5 billones de euros), pero reducir la contaminación del aire traería beneficios acumulados para la salud de hasta 54 billones de dólares (unos 47,8 billones de euros).