Enric Vidal, diseñador gráfico, socio de Òmnium Cultural y coordinación de Acción Política de ERC, fue la persona a la que “un tal Toni” encargó el “redimensionamiento” e “impresión” del cartel de la Generalitat de Cataluña que publicitaba el 1-O. No le conocía, no le preguntó por su apellido, no le pasó presupuesto de su trabajo, ni le cobró por la tarea realizada.
Ese es el resumen de la relación comercial entre “el tal Toni” y el diseñador que se encargó de enviar a imprimir a tres empresas, Artyplan, Global Solutions y Marc Martí, miles de carteles con el logo de la Generalitat, que finalmente fueron incautados por la Guardia Civil. A principios de septiembre, explicó Vidal, recibió una llamada de «un tal Toni» con el que poco después se encontró en el hotel Colón de Barcelona. En esa cita, el hombre, que no se identificó como representante de la Generalitat y al que el testigo no pidió ninguna identificación adicional, le entregó un USB con el diseño de los carteles para el referéndum.
En ese momento, Vidal no sabía que el USB contenía un cartel publicitario del 1-O que llevaba impreso el logo de la Generalitat. Según ha declarado a preguntas de la Fiscalía en el juicio por el proceso independentista en Cataluña, se limitó a aceptar el encargo sin preguntar. El trabajo consistía en redimensionar el cartel y llevarlo a imprimir a tres empresas, Artyplan, Global Solutions y Marc Martí, entre las que repartió el trabajo equitativamente. “Yo no sabía que era un trabajo para la Generalitat. Con anterioridad a abrir el documento no lo sabía”, aseguró antes de afirmar que sólo actuó de intermediario.
Es la segunda vez que el nombre de Toni aparece, sin vinculación con un cargo concreto de la Generalitat, aparece en el juicio del procés. En la sesión de ayer, uno de los responsables de Unipost -la empresa de mensajería que iba a distribuir material electoral para el referéndum- dice que el encargo le llegó también de «un tal Toni».
La Fiscalía sospecha que «el tal Toni» es Antoni Molons, exresponsable de Difusión de la Generalitat en la etapa de preparación del referéndum del 1-O. Su nombre e identificación como “Toni” ya surgió durante la declaración de uno de los jefes de producción de Unipost, a la que también hizo encargos por teléfono sin identificarse.
Enric Vidal, que como diseñador gráfico había realizado trabajos para Òmnium y la ANC explicó que pensaba cobrar por su intermediación, aunque no dijo cuánto. «Mis trabajos eran remunerados”, aseguró. Sin embargo, dijo más tarde, no llegó a cobrar nunca y ni siquiera intentó facturar “después de ver el panorama”.
Vidal explicó que pese a hacer de intermediario con las empresas de impresión, no les pidió una cantidad concreta de copias, ni tampoco les pidió presupuesto del trabajo, ni les indicó quien iba a ser el pagador. Lo único que hizo es repartir la impresión entre las tres empresas a partes iguales.
Con “Toni” no llegó a especificar “ninguna fecha” de entrega de los trabajos, pero aprecio “urgencia” en su realización. “No volvimos a vernos, traté de hablar con él. A partir de un momento ya no hay más contactos, le llamaba y no contestaba. No llegué a cobrar por la mediación ni facturé por ello», explicó.