El Ártico se calienta más rápido que el resto de la Tierra, lo que hace que el permafrost, el hielo terrestre y el hielo marino desaparezcan a un ritmo sin precedentes, pero estos cambios no sólo afectan a la infraestructura, las economías y las culturas árticas, sino que también tienen impactos significativos en otros lugares del planeta.
Así se recoge en un trabajo elaborado por 15 investigadores de Estados Unidos liderado por Twila Moon, del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (Nsidc, por sus siglas en inglés), de la Universidad de Colorado en Boulder. El trabajo ha sido publicado en la revista ‘Earth’s Future’.
“Para muchos, el Ártico parece un universo distante, que nunca podría impactar en sus vidas”, apunta Moon, que añade: “Pero la realidad es que los cambios en el Ártico están afectando cada vez más al resto del mundo, causando un cambio climático amplificado, aumento del nivel del mar, inundaciones costeras y tormentas más devastadoras”.
El derretimiento del hielo terrestre ha contribuido a un aumento del 60% en el nivel del mar desde 1972. El hielo terrestre del Ártico comprende más de 8.000 kilómetros cuadrados y diversos estudios han confirmado que esta zona está disminuyendo rápidamente debido al cambio climático.
Además, la mayor parte del hielo terrestre en esta región está adelgazando. Si se mantienen las trayectorias de calentamiento actuales, se espera que el hielo terrestre del Ártico contribuya de manera importante al incremento mundial proyectado en el nivel del mar, de hasta un metro en este siglo.
Tres de las cuatro de las ciudades más grandes de Estados Unidos (Nueva York, Los Ángeles y Houston) son costeras y un 39% de la población estadounidense vive en condados costeros. A medida que continúen subiendo los niveles del mar, las localidades costeras en el mundo se verán cada vez más obligadas a lidiar con los impactos asociados, como inundaciones, contaminación de aguas dulces, erosión del litoral y más y mayores tormentas.
Además del incremento de las tormentas y episodios de inundaciones causados por el aumento del nivel del mar, los cambios en la corriente de reacción del Ártico pueden afectar significativamente a las tormentas y los fenómenos meteorológicos extremos, incluidas las tormentas de nieve y las sequías, tanto en Estados Unidos como en Canadá, Europa y Asia. Por ejemplo, el calentamiento del Ártico se ha relacionado con una reciente sequía extrema en California.
“ACTUAR AHORA”
Por otro lado, el estudio indica que, según un escenario de emisiones ‘normales’ de gases de efecto invernadero, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) calcula que Alaska sufrirá daños en su infraestructura de unos 5.500 millones de dólares (unos 4.000 millones de euros) entre 2015 y 2099, casi la mitad por el deshielo del permafrost, lo cual liberará cantidades significativas de dióxido de carbono y metano a la atmósfera, que, a su vez, contribuirá a un mayor calentamiento del planeta.
Además, los investigadores indican que la extensión y el espesor del hielo marino en el Ártico han disminuido en las últimas décadas, lo que ha causado una dramática erosión costera en Siberia y Alaska, y tiene graves consecuencias globales porque el hielo marino ayuda a regular el clima de la Tierra al reflejar la radiación solar entrante. A medida que baja la cubierta de hielo marino, el calentamiento ártico se amplifica por las reducciones en la reflectividad de la superficie.
A medida que el Ártico continúa calentándose más rápido que el resto del mundo, continuaremos viendo impactos en todo el mundo, incluso en países tropicales y templados con grandes ciudades, grandes economías y mucha infraestructura», subraya Moon, que concluye: «Si queremos salvaguardar a nuestra gente y a la sociedad, debemos actuar ahora para reducir las emisiones con el fin de frenar el calentamiento y para prepararnos para los cambios inevitables que ya están en marcha.