Un grupo internacional de investigadores ha descrito una nueva especie de cangrejo guisante (‘Pinnotheres bicristatus’), que vive como simbionte de la ostra de perro (‘Anomia ephippium’), después de encontrar sus larvas en muestras de plancton del Golfo de Cádiz y el Mar de Alborán.
El hallazgo es fruto de un estudio desarrollado por investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN) y el Institut de Cièncias del Mar, ambos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto a investigadores de la Universidad de Málaga y el Instituto Español de Oceanografía (IEO). La descripción de esta nueva especie, junto a datos de su distribución y población se acaba de publicar online en la revista ‘Journal of the Marine Biological Association of the United Kingdom’.
El nombre de la especie, ‘bicristatus’, está relacionado con un carácter distintivo de estos cangrejos: unas agrupaciones de setas sobre el caparazón. También su patrón de coloración permite distinguir esta especie de otras del mismo género.
“En primer lugar se localizaron sus larvas en muestras de plancton del Golfo de Cádiz, y por su morfología y ADN se supo que se trataba de una especie que no era conocida en aguas europeas”, indica Pilar Drake, investigadora del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, una de las autoras del trabajo e investigadora principal del proyecto Afrobiv, dedicado al estudio de los cangrejos guisante en la Península ibérica, en especial a su efecto sobre las especies de bivalvos de interés comercial a los que parasitan.
Fue el ADN el que permitió localizar un primer ejemplar adulto de esta especie en colecciones de la Universidad de Málaga, así como el bivalvo al que se encontraba asociado, la ostra de perro. Una vez conocido su hospedador, se puso el objetivo en localizar muestras de este bivalvo en las campañas ARSA y Medits, del Instituto Español de Oceanografía, lo que permitió encontrar nuevos ejemplares en aguas del Golfo de Cádiz y mar de Alborán.
“El hecho de que sean simbiontes de una especie de bivalvo que no tiene interés comercial y que habita en fondos detríticos con cascajo entre 15-30 metros de profundidad hace que hasta ahora esta especie haya pasado desapercibida”, explica José A. Cuesta, investigador del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía y otro de los autores del trabajo.