Parte de una nave rusa, lanzada al espacio en 1972, ameaza con impactar contra la tierra este año.
El 31 de diciembre de 1972, la Unión Soviética lanzó al espacio la sonda espacial Kosmos 482. El artefacto estalló en pedazos antes de salir de la órbita de la Tierra. Muchos cascotes cayeron un mes después de su lanzamiento, pero gran parte del artefacto se mantuvo flotando, incluyendo la nave de descenso de 495 kilogramos de peso, la cual se espera que caiga próximamente, tras años iniciando el descenso.
A medida que se acerque a la tierra, la fuerza de gravedad hará que aumente su velocidad de caída. En la actualidad, su altitud es de 1.309,6 kilómetros, lo que representa un descenso de más de 50 Kilómetros respecto a donde se encontraba el año pasado por estas mismas fechas.
La nave fue construida para soportar un aterrizaje en extremas condiciones, por lo que se espera que caerá en una sola pieza. «Sí, la nave de descenso sobrevivirá a una reentrada sin problemas», dijo el observador del satélite Thomas Dorman, en declaraciones recogidas por ‘Space‘. «Sería gracioso si se viera caer con el paracaídas desplegado… ¡Pero estoy seguro de que las baterías para disparar a los pirotécnicos para liberar el paracaídas han muerto hace mucho tiempo!», agregó.
Por el momento es difícil determinar dónde caerá el cascote espacial, aunque es muy probable que caída sobre el mar. Según los cálculos del científico impactará contra la superficie terrestre a finales de este año o durante el 2020.