La autopsia preliminar de Julen, el pequeño que murió tras caer en un pozo ilegal en una finca de Totalán (Málaga), desmiente que el niño de dos años muriera por la piqueta utilizada en las labores de rescate, como recoge el informe técnico encargado por la defensa del dueño de la finca (único acusado de homicidio imprudente).
Según el informe forense al que ha tenido acceso ‘Espejo Público’, el pequeño Julen murió tres horas y media después de caer en el agujero, a unos 70 metros de profundidad, antes de que actuaran los bomberos.
La autopsia de Julen desmiente el informe del dueño de la finca: «El niño murió antes de que actuaran los bomberos» ► https://t.co/Tut5Vvbkxk
— Espejo Público (@EspejoPublico) 5 de marzo de 2019
El periodista Nacho Abad ha interpretado los datos de la autopsia y ha puesto el énfasis en que las heridas que provocaron la muerte del niño están en el lazo izquierdo de cabeza y en la frente, pero no están en la zona superior de la cabeza, que es donde habría llegado la piqueta.
Según los datos preliminares, la piqueta que se utilizó en las labores de rescate sí podría haber alcanzado al niño, aunque la autopsia confirma la existencia de heridas ‘post mortem’.
Entre los datos más novedosos, Abad ha subrayado que el niño tenía tierra en el estómago y el esófago, y también entre sus manos.
A falta de que se confirme la fecha de la muerte, la data del fallecimiento coincide con los días días de la desaparición de Julen.