El presidente deL ParlamentO de Cataluña, Roger Terrent, aseguró este lunes en su declaración como testigo en el juicio del 1-O que él hubiera hecho “exactamente lo mismo” que su predecesora en el cargo, Carme Forcadell, en relación a la tramitación de las leyes de desconexión y defendió, además, que el conflicto entre Cataluña y España “sólo se resolverá mediante un referéndum”.
«La presidenta Forcadell no podía hacer otra cosa que admitir a trámite la propuesta. La Mesa no puede ser nunca un órgano censor. Se puede prever la inconsitucionalidad de una propuesta, pero esa propuesta pasará por un proceso de debate y cambio que puede hacerla cambiar. No es una resolución, no es una ley, es una propuesta legítima», insistió con cierto grado de vehemencia en respuesta a la abogada del Estado.
Torrent ha sido el primer testigo en comparecer en la sesión de la tarde tras proceder la sala a un cambio en el orden de los declarantes. Según el orden preestablecido por el tribunal era el turno de Enric Millo, delegado del Gobierno en Cataluña cuando se celebró el referéndum, pero se ha acordado un cambio de orden para que Torrent declare en primer lugar.
Roger Torrent hizo una defensa cerrada de sus convicciones independentistas e insistió que «no vamos a renunciar nunca a la voluntad mayoritaria de los catalanes y catalanas a decidir nuestro futuro. Yo voté el 1 de octubre y tengan presente que volveremos a votar, volveré a votar”.
En este sentido, expresó su disconformidad con el procesamiento de los 12 líderes independentistas que se sientan en al banquillo y declaró: «Aquí tendríamos que ser miles, porque fuimos miles los que participamos en los hechos que se enjuician», y recordó que votó y que estuvo en las concentraciones del 20 de septiembre frente a la Consejería de Economía.
El interrogatorio de Torrent acabó abruptamente tras una reprimenda del presidente de la sala, Manuel Marchena, al abogado de Oriol Junqueras que quería preguntarle por hechos por los que no había sido llamado a declarar. «Todas las preguntas son improcedentes», le advirtió el magistrado que ante su resistencia le pidió: «No entre en debate conmigo sobre el alcance de la tutela judicial».
El criterio del tribunal es no permitir preguntas que «rompen el principio de contradicción», es decir que aquellas que pueden servir para aclarar o matizar aquellos asuntos por los que fue llamado el testigo que, en este caso, acudió a petición de las acusaciones. El abogado Andrey Van den Eynde pidió entonces leer sus preguntas para que constasen en acta, algo que le negó Marchena, como hizo al inicio del juicio con una petición idéntica de Vox.
A las protestas del letrado de Junqueras se unieron en sucesivos turnos de palabra Jordi Pina, abogado de Jordi Sànchez, y Marina Roig, letrada de Jordi Cuixart a la que Marchena acabó diciendo que “la sala es la primera interesada (en descubrir la verdad), pero si usted tenía tanto interés en lo que podía aportar el señor Torrent sobre esos hechos, lo podría haber propuesto como testigo, pero este interés sobrevenido nos lleva a declararlo impertinente».