El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se definió este lunes como un político “testarudo” y por ello prometió reafirmar su “compromiso ineludible, serio y respaldado presupuestariamente” con la ciencia para que España esté a la vanguardia. Además, consideró que en la campaña electoral hay que “poner las luces largas y no quedarnos en la coyuntura”.
Desde Granada, donde clausuró las jornadas ‘Estrategia española I+D+i en inteligencia artificial’, junto al ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, aprovechó para hacer una “reivindicación de la política útil” justo después de haber firmado esta mañana el decreto de disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones para el 28 de abril.
Recordó que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) elaborados por su Gobierno y tumbados por el Congreso de los Diputados aumentaban en un 8% el gasto en I+D+i y posibilitaban, por ende, aumentar la financiación para proyectos científicos, los recursos para organismos públicos e infraestructuras científicas, lanzar más becas o bajar las tass universitarias.
En palabras de Sánchez, los PGE “representaban un compromiso por la ciencia ineludible, serio” y respaldado económicamente. “Yo tengo muchos defectos, alguna virtud, y creo que el ser testarudo en la vida y en la política es una virtud. Si tengo el honor de poder después del 28 de abril seguir liderando el país desde luego esto será una propuesta presupuestaria que volveremos a llevar a la Cámara del Congreso”, trasladó entre el aplauso de los presentes.
Lo hizo desde el convencimiento de que “España tiene que estar a la vanguardia” de las tecnologías y consideró que “de estos asuntos deberíamos hablar ahora que entramos en una fase más preelectoral”. Reivindicó así “la política como instrumento de transformación e instrumento útil en beneficio de la mayoría social”.
Insistió en que “deberíamos hablar de ciencia, educación, progreso y modelo de país” ahora que las Cortes se han disuelto. En este momento, preguntó a los españoles si quieren una España “a la vanguardia del desarrollo de la inteligencia artificial” o que “solo se sustente” en un sector “importante y que merece respeto” como es el turístico.
Planteó entonces la disyuntiva entre “una España con empleos de calidad o de empleos precarios” y volvió a enfatizar que hay que hablar de proyectos, prioridades y presupuestos para que la política recupere “su aspecto más virtuoso: el de planificación, el de mirar en el medio plazo y el largo plazo” para “poner las luces largas y no quedarnos en la coyuntura”.
En síntesis, el jefe del Ejecutivo hizo una reivindicación de “la política útil” y marcó como reto de la próxima legislatura “la transformación y modernización del sistema educativo y científico”, pues ambas realidades son “el cimiento sobre el que debe asentarse toda la próxima década”. Ese es, dijo, uno de los grandes desafíos de España, y se permitió la licencia de parafrasear el eslogan preelectoral del PSOE, para decir que también es “la España que queremos”.