El último informe técnico presentado en el caso del pequeño Julen’, que murió tras caer en un pozo ilegal en una finca de Totalán (Málaga), apunta a que el niño de dos años pudo morir por las tareas de rescate, una teoría que choca de frente con el informe de la Guardia Civil. En medio de la polémica, ‘El Mundo’, se ha hecho con el sumario del caso y ha publicado las dudas iniciales que mantuvieron los agentes, sobre el lugar donde podría estar el niño.
Según los testimonios que se recogen en el sumario de la ‘operación Rabé’ que así se llamó, los agentes «al conocer los antecedentes de los allí presentes y ver el diámetro del pozo de apenas 22 centímetros», dudaron sobre si el pequeño se encontraría dentro del pozo, y soltaron un perro rastreador en otro lado de la finca para que le buscaran.
El sumario recoge cómo los primeros agentes comprobaron la declaración de la madre, Victoria, que aseguró haber llamado al McDonald’s donde trabajaba para avisar de que no podría ir por encontrarse mal. Una llamada que habría realizado justo cuando escuchó gritar al padre de Julen, a las 13:48 horas del 13 de enero. El encargado confirmó haber recibido la llamada pero no tan tarde, sino a las 13:35 horas, 13 minutos antes de lo que declaró la madre, y negó haber escuchado cualquier tipo de ruido.
Los agentes pidieron a Vicky que le dieran las últimas fotos hechas a su hijo, antes de la caída, y la Guardia Civil comprobó incluso los «metadatos», para comprobar que habían sido realizadas minutos antes de la tragedia.
En cuanto a la declaración del padre, José Roselló confirmó que le habían informado de la existencia del pozo sin tapar y que dejó a su hijo tomar gusanitos a unos cinco metros de distancia, hasta el punto de que fue testigo de la caída. Según el testimonio que dio a los agentes «trató de cogerlo, si bien no llegó a tiempo, viendo a su hijo caer al interior del pozo».
Según publica ‘El Mundo’, y aunque no lo recoge el sumario, hay una contradicción en la declaración pública inicial que hizo José, en la que contó que llegó a rozar al pequeño con los dedos y que se destrozó las manos al intentar sacarlo.
Por su parte, el sumario sí recoge cómo la llamada de emergencia la realizó uno de los tres senderistas que se acercó al escuchar los gritos, a las 14 horas. En su declaración Juan Antonio Guerra, asegura que encontró a la madre gritando que «de ésta se mataba» porque era la «segunda vez» que perdía a un hijo.
Según la documentación publicada, el nerviosismo inicial de los agentes que llegaron a la zona hizo que no hubiese medios preparados para comprobar si el niño estaba en el pozo. Fue por esto, por lo que al Guardia Civil se le ocurrió atar su teléfono a una cuerda e introducirlo en el pozo para comprobar si el niño estaba allí, en un intento que acabó sin éxito.
A partir de ahí comenzaron las labores de rescate que, durante las primera horas, se llevaron a cabo con una piqueta para levantar el tapón de arena existente y que, según el informe técnico, podría haber sido el causante del traumatismo craneoencefálico que acabó con la vida de Julen.
Este vídeo muestra imágenes exclusivas sobre cómo fueron los trabajos con la piqueta para deshacer el tapón en el pozo en el que cayó Julen. https://t.co/YF3TW9VqBY pic.twitter.com/h25lNCR932
— EL MUNDO (@elmundoes) 4 de marzo de 2019