IFEMA acoge un año más la feria de arte contemporaneo ARCO, que hasta el 3 de marzo reúne a un total de 203 galerías de 30 naciones distintas, con Perú como país invitado.
Una feria que cada vez es más polémica. En esta ocasión una de las obras más comentadas y criticadas, ha sido el ninot del rey Felipe VI, valorado en 200.000 euros, y cuyo comprador deberá quemarlo en un sitio público, según se establece por contrato.
Sin embargo, hay otra obra que está recibiendo multitud de comentarios, y que lleva la firma de RENFE. Se trata de la puerta de un tren, llena de grafitis, que la ferroviaria saca «a la venta» por 15 millones de euros.
En realidad se trata de una campaña publicitaria y reivindicativa. La compañía se suma por vez primera a esta importante cita artística y lo hace para trasladar su malestar por los grafitis, que le suponen un coste anual de 15 millones de euros.
Una cantidad que se deriva de la limpieza de trenes, pinturas, agua, disolventes, traslados a talleres o movilización de personal, entre otros conceptos.
#LaObraMásCara de #ARCO2019 la hemos pagado entre todos. El grafiti es un lujo que no nos podemos permitir. pic.twitter.com/ZhXvIw7ryU
— Renfe (@Renfe) 28 de febrero de 2019