La esperanza de vida de las personas es cada vez más elevada gracias a la mejora de las condiciones económicas y sociales que se han ido produciendo, en mayor medida, desde el siglo XX hasta la actualidad. La implementación del Estado de Bienestar ha provocado que la calidad de vida de los ciudadanos se incremente considerablemente y con ella, por tanto, el aumento de los años que vivimos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que la población mayor de 60 años se habrá duplicado en apenas 50 años contando desde el inicio del nuevo siglo. Esto quiere decir que en 2050 estas personas representarán un 22% de la población mundial y que el número de ancianos con necesidad de cuidados domiciliarios o comunitarios se multiplicará por cuatro.
Concretamente en España, como dice cuidadomayoresmadrid.net y según cifras del INE la esperanza de vida calculada en 2016 es de 85,8 años para las mujeres y de 80,3 para los hombres. Estos datos nos sitúan no solo entre los primeros de la Unión Europea sino del mundo según el Informe de Envejecimiento publicado por el SCIS.
Una sociedad cada vez más envejecida tiene que reinventarse y adaptarse a las nuevas demandas. Gran parte de las personas de edad muy avanzada van perdiendo poco a poco su total independencia hasta necesitar ayuda total o parcial para poder desempeñar correctamente sus actividades en el día a día de sus vidas. Esta dependencia se debe, en parte, a las “limitaciones de la movilidad, fragilidad u otros problemas físicos o mentales” que van padeciendo, generalmente, tras concluir la etapa adulta (OMS).
No obstante, hay que tener presente que llegar al ocaso de la vida y alcanzar la tercera edad no implica ingresar en una residencia o vivir con un familiar necesariamente. Existen muchas alternativas para que las personas mayores puedan seguir haciendo su día a día con normalidad y en sus hogares si es lo que desean.
Sanitas advierte, en un artículo de su Biblioteca de Salud publicado en su página web, sobre las medidas aconsejables a llevar a cabo en ancianos que desean vivir solos. Las pautas a tener en cuenta y recomendadas para las personas mayores son: reforzar el contacto diario con sus familiares para detectar posibles necesidades; instalar medidas de seguridad en la casa para evitar posibles accidentes domésticos; tener siempre un teléfono o pulsador de emergencia a mano; y realizar actividades sociales para no caer en el aislamiento.
Además de estas medidas el artículo señala la posibilidad de “contar con la ayuda y consejos de profesionales en cuidados para la tercera edad” para así ayudar a garantizar y potenciar el confort de las personas mayores. Cada vez hay más centros especializados en los cuidados de esta parte de la sociedad y proporcionan una amplia gama de servicios generales o específicos en función de la demanda concreta que tenga el anciano.
Garantizar el bienestar de las personas mayores y profesionalizar la labor que implica unos cuidados adecuados en la tercera edad es vital en un mundo que contará con casi 400 millones de personas de 80 años o más en 2050.