El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta la sociedad actual. Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en unos picos máximos históricos, amenazan con cruzar el umbral de la irreversibilidad, con consecuencias devastadoras para el futuro de la humanidad. Ante la necesidad de responder con urgencia a estos retos si dejar de satisfacer la creciente demanda energética, son cada vez más los expertos que sitúan al gas natural como una energía de transición clave en la consolidación de un modelo de desarrollo bajo en emisiones.
2Alternativa de transición
En este camino hacia la descarbonización de la economía y la lucha contra el calentamiento global, el gas natural se sitúa como una alternativa energética de transición entre los hidrocarburos y las energías renovables. Según señalan diversos estudios, se trata de una energía más limpia, al ser el combustible fósil con menor impacto ambiental y, una de las tecnologías más eficaces económicamente. Así lo apunta, por ejemplo, el informe El papel del gas natural en una economía baja en emisiones, elaborado por KPMG en colaboración con Sedigas, en el que se subraya su rol en la reducción de emisiones de agentes contaminantes y, por tanto, en la mejora de la calidad del aire.